Para un afeitado ultrapreciso, se debe utilizar un gel de afeitado o una espuma de afeitar, con el fin de facilitar que el vello quede derecho y mejorar el deslizamiento de la cuchilla. Aplicad el gel de afeitar o la espuma de afeitar sobre la barba a base de masajes suaves circulares, comenzando por el cuello.

El uso de una brocha ayuda a preparar la piel, exfoliando y poniendo derecho el vello, con el fin de facilitar el corte. Se deben mojar los pelos de la brocha con agua caliente, y luego se aplica el gel haciendo espuma y extendiéndolo sobre la barba gracias a una serie de movimientos circulares. Utilizar mucha crema es inútil, puesto que impide que la cuchilla se acerque demasiado a la piel.

No olvidéis el famoso adagio de los barberos: «Una barba bien enjabonada equivale a la mitad del afeitado».

La cuchilla de afeitar

Siempre se debe pasar la cuchilla en el sentido del crecimiento del vello: se evita la formación de pelos enconados. Se debe comenzar por las patillas, bajando hacia las mejillas. Se reserva la zona del cuello y del mentón para el final. De esta forma, dejamos que el aceite preafeitado actúe durante más tiempo, lo que facilita el corte de esos pelos duros en esa zona que es menos regular.

AfeitadoEs preferible realizar gestos amplios y disciplinados, a esos gestos cortos y rápidos, y por supuesto desordenados. La cuchilla se limpia con frecuencia debajo del chorro de agua caliente: así aumentamos la duración de vida de la maquinilla y conseguimos un rasurado impecable.

Segundo tiempo

Teóricamente, el afeitado puede detenerse aquí. Sin embargo, si queréis estar afeitados de una forma más apurada, habrá que volver a aplicar la espuma de afeitar por segunda vez. Si utilizáis una brocha de afeitar, se debe proceder de la misma forma que con la primera aplicación.

Con el segundo paso de la cuchilla, esta debe atacar el vello en el sentido inverso de su crecimiento. Un sólo y único paso de la cuchilla debe ser suficiente. En esta etapa, el gesto debe ser suave y preciso, con el fin de no dañar en exceso la epidermis.