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Diversas investigaciones avalan esta afirmación y ahora se le suma uno mas en donde se demuestra que la actividad física vigorosa contribuye a la pérdida de peso, inclusive entre las personas genéticamente predispuestas a la obesidad.

Un estudio en un grupo de personas de religión Amish reveló que quienes portaban el gen FTO relacionado con la obesidad, pero que eran físicamente activas pesaban lo mismo que quienes no acarreaban el gen.

«Cuando observamos a los Amish que eran más activos, no había efecto del gen», dijo el doctor Soren Snitker, de la Universidad de Maryland, cuyo estudio fue publicado en la revista Archives of Internal Medicine.

Los resultados, que sugieren que el ejercicio puede opacar la predisposición genética a la obesidad, ayudarían en el debate sobre si los cambios en la dieta o la actividad física realmente hacen la mayor diferencia en lo que respecta a combatir la obesidad.

obesidadEl experto y su colega Evadnie Rampersaud, de la Universidad de Miami, buscaron establecer si la actividad física en este grupo podría compensar los efectos de la masa de grasa y la obesidad asociada con el gen FTO, hallado en más de la mitad de las personas con ancestros europeos.

Quienes tienen dos copias de FTO pesan en promedio alrededor de 3 kilos más y son cerca de un 70 por ciento más proclives a la obesidad que las personas que no portan el gen.

Los voluntarios usaron un dispositivo llamado acelerómetro para evaluar el movimiento durante una semana.

Los investigadores compararon el índice de masa corporal (IMC), una medición del peso en relación con la altura, y hallaron que quienes eran menos activos y tenían el gen FTO eran mucho más propensos a ser obesos o tener sobrepeso; pero entre las personas más activas, la variante genética no implicó ninguna diferencia.

Snitker dijo que el estudio brinda cierta perspectiva sobre la evolución de la epidemia de obesidad, dado que la vida moderna ha reducido la necesidad y la oportunidad de realizar actividad física.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 1.600 millones de adultos en todo el mundo tienen sobrepeso y al menos 400 millones, obesidad. Esto incluye a un tercio de los adultos estadounidenses.

Para todos la solución a el exceso de peso es sencilla, incrementar la actividad física regular haciendo ejercicios o practicando algún deporte y mejorar los hábitos alimenticios con una dieta balanceada que aporte los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo.