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Hoy volvemos al terreno montaña, y más concretamente hablaremos de un elemento vital: el saco.
Digo vital no porqué si, si no ya que este elemento que debemos llevar con nosotros en caso de querer pasar noche al raso, puede ser la diferencia entre congelarnos o no, y eso, cuando estás a varias horas de cualquier cosa, es algo que se agradece.
Para dormir: el saco 1Así que vamos a tratar algunos elementos genéricos:

  • Cremallera: Las sacos con cremallera son los reyes, y están muy de moda. Hacen mucho más fácil el entrar y salir, y de igual manera permiten unir varios sacos, haciendo las delicias de las parejas. Aún así, que nadie cante victoria, esa cremallera permitirá entrar más frío.
  • Capucha: Jamás tengan un saco sin ella. Protegerá tus orejas, tus cabeza (recuerda que es por donde se pierde más calor de todo el cuerpo), y permitirá sentirnos en conjunto con sensación térmica positiva. Solo hay que vigilar con su tamaño, para que nos permita una correcta respiración.
  • Tamaño: Es evidente que debes caber en él, pero tampoco debe ser muy grande, mientras menos superficie toque tu cuerpo, menos temperatura aguantará.
  • La bolsa: El saco está muy bien, pero la bolsa donde guardarlo más. Debe ser compacta y fácil de introducir y sacar. Sobre todo debe ser práctico para meterse en cualquier mochila y que no moleste demasiado. De igual forma, no vamos a pasarnos media vida introduciéndolo y sacándolo, así que esto también debe tenerse en cuenta.
  • Lavado: Ajá! Seguro que no pensabas en que algún día no muy lejano deberá hacer una visita a tu lavadora. En este caso, sigue las instrucciones a raja tabla. La mayoría de las veces los saco sufren más en casa que en la montaña, justo por las maquinas lavadoras, o más bien, los humanos que no sabemos programar correctamente.

Como vemos, el saco es un tema mucho más complejo de lo que pensamos, aún así, no deberíamos tener más problemas para hacernos con uno de buena calidad.