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Hoy volvemos a hablar de psicología deportiva, pero de una forma algo especial, dedicando unas lineas a todos aquellos que han caído durante la temporada en los temores y el tormento de un desastre. Muchas veces, la diferencia entre una gran temporada y una de mala es simplemente algo que nos afecte emocionalmente en casa, y más que esto, la forma en que afrontamos ese problema.

Así, los que suelen ir al gimnasio con regularidad pero no son unos profesionales, se encuentran en que algunas veces algún desastre familiar les impide por un temporada asistir normalmente a sus sesiones, lo que produce una sensación de no bienestar con su cuerpo, pero que no saben solucionar. Al acabar esa etapa de trauma o problemas, estas personas les cuesta mucho el volver a ponerse de nuevo unas rutinas o entrenamientos como antes hacían, la razón es que su mundo ahora ha cambiado, y les da «palo» volver a empezar.

El tormento del desastre: volver a empezar 1Este volver a empezar no deja de ser algo normal que afecta tanto a los profesionales como a los más amateurs. Después de una lesión, de las vacaciones, o incluso de algún descanso, volver a empezar da mucha mandra. De hecho, las tasas de gente que deja el gimnasio simplemente porque un día deja de acudir a él son muy altas.

Contra esta sensación emocional y psicológica solo podemos atacarla de una forma: con tenacidad. Deberás buscar algún buen truco para al principio conseguir enredar a tu mente. Por ejemplo quedar con algún compañero para hacer deporte, al haber quedado no puedes pensar «mejor empiezo mañana», o que tu pareja o familia te obligue y te recuerde que debes salir a la calle también es un buen sistema.

Por último, mencionar que las formulas para conseguir volver son bastante simples, pero a la vez poderosas, y una vez que volvamos a caminar en el camino del ejercicio, los entrenamientos y las sesiones, todo volverá a la normalidad.