No cabe duda de que la única posibilidad para quitarse de encima los molestos michelines de la zona superior de la cadera es luchar contra ellos. Los hombres que se preocupan por su apariencia saben que esto es el eterno caballo de batalla.

Los malos hábitos

En el hombre, el peor enemigo es su natural tendencia a satisfacer el apetito con todo aquello que se ponga al alcance de su mano. Esto, además, se agrava si el hombre es soltero y una persona muy activa.

Para luchar contra los michelines no hay más remedio que luchar contra los malos hábitos, como el de abrir la nevera cada vez que tenemos hambre. No se trata de dejar de comer, ya que un régimen frustrante es la peor solución que se puede dar.

Para que la dieta funcione a largo plazo, es importante que el placer de la comida no desparezca nunca.

Una jornada equilibrada

La batalla contra los michelines 1Ciertamente, no hay secretos para evitar las ganas de comer a todas horas. Cada comida debe ser lo suficientemente copiosa para que nos sacie bien. Esto comienza con el desayuno.

Desayuno

Si tenemos la costumbre de tomar un simple café bebido por falta de tiempo, debemos poner el despertador media hora antes para poder comer un poco más. Los cereales son buenos para saciar el estómago, puesto que a lo largo de toda la mañana irán proporcionando lentamente los azúcares necesarios.

Comida

Para comer se recomienda elegir pescado y carnes a la plancha. Mejor es acompañar los platos con algo de pasta, antes que con patatas fritas. Un sorbete de postre siempre será mejor que un trozo de tarta o un pastel.

A media mañana

Se deben evitar las bebida calientes y azucaradas. El café de media mañana no supondría nada si no le echáramos un par de cucharaditas de azúcar cada vez que nos tomamos uno.

Cena

Una cena saciante no significa que tenga que ser desequilibrada. Pero, si además le añadimos el aperitivo previo a base de bebidas alcohólicas y frutos secos o patatas chips, los esfuerzos del resto del día no habrán servido para nada.

Si ponemos un poco de control y de moderación en las diferentes comidas que hacemos a lo largo del día, al final los resultados serán más que visibles, y habremos conseguido quitarnos de encima los tan molestos michelines.