Ciertamente, hoy en día ya se han superado esas antiguas ideas que decían que la masturbación era una enfermedad deshonrosa. Es más, esta práctica erótica se recomienda para alcanzar un mejor equilibrio personal en materia de sexualidad.

Cuando se produce un orgasmo, la producción de DHEA (la hormona de la juventud) aumenta, reforzando la epidermis, el sistema inmunitario, la renovación de las células, entre otros muchos beneficios.

Los estudios más recientes indican que cuanto más se masturba un varón con una edad comprendida entre los 20 y los 40 años, está menos sujeto a padecer problemas de próstata.

Una elevada y activa vida sexual regular aumenta las tasas de testosterona y de estrógenos, que son los que contribuyen a un correcto funcionamiento del sistema cardiovascular.

Masturbación contra el estrés

La masturbación es un excelente analgésico, gracias a una hormona producida, la oxitocina, que permite el aumento de las tasas de endorfinas, una sustancia analgésica euforizante.

La masturbación masculina como terapia 1A diferencia del cannabis, la masturbación es un excelente relajante, pero legal y no tóxico. Las hormonas del placer conllevan una relajación total de los músculos, y es ideal para luchar contra el estrés.

La masturbación es un buen somnífero puesto que favorece el descanso nocturno.

Masturbación e infidelidad

Cuando se vive en pareja, la masturbación es una excelente válvula de seguridad, ya que permite que se puedan vivir las fantasías más excitantes y escabrosas sin ningún tipo de miedo o ataduras.

A los que la practican les permite conocerse mejor, y por lo tanto conocer mejor a su pareja, controlando así las erecciones. Por otra parte, es un buen método para el control de la eyaculación precoz.

Un placer compartido

La masturbación puede comenzar en solitario y terminar en compañía, como un buen preludio antes del coito, viviéndose como un juego erótico dentro de la vida sexual de la pareja.

Pero, si esta práctica se convierte en un sustitutivo de la relación de pareja, podría desencadenar un bloqueo personal y psicológico del que tendríamos que hablar con nuestra pareja.