No todos los nutricionistas se ponen de acuerdo a la hora de ofrecer la mejor manera de componer un desayuno equilibrado. A continuación presentamos una serie de ideas básicas sobre los alimentos indispensables y aquellos que no deberían faltar jamás en la primera comida del día.

El desayuno, una comida fundamental

Se trata de una comida muy importante, puesto que constituye el primer aporte energético del día, pero que no todo el mundo realiza correctamente, sin saber que está descuidando una parte importante de su salud cotidiana.
Un desayuno equilibrado debe estar compuesto por una bebida. Se debe dar prioridad al té o al café para los adultos, puesto que estas bebidas tienen un efecto antioxidante muy interesante (el té verde sobre todo) puesto que permite eliminar las toxinas del cuerpo acumuladas a lo largo de la noche. Además, el aporte hídrico elevado de estas bebidas es excelente para volver a llenar las reservas de agua del cuerpo.
bol de cerealesPara los niños, la leche es la bebida ideal por sus aportes en calcio que favorecen el crecimiento de los huesos. Se deben evitar los jugos o las bebidas mezcladas tipo milkshake. Además de los aportes demasiado importantes en azúcar, las vitaminas contenidas en la piel o en la pulpa de las frutas dejan de estar presentes una vez que se trituran o se transforman en zumo.
Hablando justamente de frutas, se aconseja consumir una o dos piezas en el desayuno, preferentemente frescas, aunque también pueden ser secas. Es el momento del día más adecuado para consumir frutos secos como almendras, avellanas, dátiles… que son excelentes para la salud gracias a su alto contenido en fibras y en vitaminas.
Olvidaos de las mermeladas demasiado ricas en azúcar, cuyas frutas han sido hervidas demasiado y se convierten en alimentos pobres en nutrientes.
En cuanto a los lácteos, como yogures, se pueden consumir de manera generosa. Su débil aporte en materia grasa, y su gran aporte en calcio y sus efectos beneficiosos en el aparato digestivo hacen de ellos un nutriente que no se debe dejar de lado.
Para aquellos que no soporten el sabor ácido del yogurt, pueden añadir un poco de miel. Este azúcar natural tiene un efecto muy beneficioso para combatir el colesterol, proteger los intestinos y el sistema inmunitario.
Los huevos completan el desayuno por su aporte en proteínas, muy necesarias para mantener el ritmo de actividades a lo largo de la mañana. Si os gustan los cereales, mejor es comer copos de avena, puesto que son ricos en fibras y son buenos para combatir el colesterol.