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Así como ocurre en todo tipo de actividad física en la práctica de Artes Marciales se corre el riesgo tanto de sufrir lesiones pasajeras, como con el pasar del tiempo,  sufrir un deterioro en el cuerpo.

Estas lesiones no sólo pueden deberse a traumatismos de golpes durante los entrenamientos sino que muchas veces son producidas por movimientos mal hechos o posturas incorrectas durante la práctica.

Existen diferentes tipos de lesiones que puede sufrir quien realiza cualquier tipo de Arte Marcial y entre las más importantes se encuentra la lesión que se produce en la espalda interna-externa, que la mayor parte de las veces fuerza el retiro del deportista.

Las lesiones en las Artes Marciales 1La columna está compuesta de discos intervertebrales, ligamentosa, tendones que la unen a músculos agonista y antagonistas, siendo su función primordial la de lograr una amortiguación, como también permitir la flexión y dar soporte al cuerpo en general.

Las vértebras son el soporte del cuerpo y también la protección de todas las ramificaciones nerviosas que se encuentran en esa zona.

De todas las que más sufren el daño causado por el paso del tiempo, abuso y estrés son las ligamentosas y osteo tendinosas.

Cuando se ejerce una presión inadecuada o que se aplica de forma desbalanceada una patada, ya sea de exprofeso o por una marcada diferencia de fuerza, entrenamiento o tamaño del oponente,  pueden causarse lesiones como hernias de disco.

En la mayor parte de los casos en la práctica de un Arte Marcial pueden darse fracturas o también roturas de ligamentos que son causados por algún accidente o evento fortuito, en tanto que las más frecuentes y que necesitan de un tratamiento prolongado son las de los cuerpos osteo tendinosos.

Además, en las artes marciales y sobre todo cuando se están realizando calentamientos, esquemas o katas, las posturas mal hechos causan un trabajo más pesado en toda la columna y la espalda en general, produciendo lesiones.

Una mala postura o un movimiento hecho de forma equivocada, como puede ser una flexión o torsión, hacen que la columna tenga que cargar con una presión y tensión extra que se aplica directamente a la columna.

Las zonas más débiles se comprimen y llegan a deformarse y desgastarse situación que trae aparejada inestabilidad y un desplazamiento de la parte ósea que puede dañarse de forma irreversible, generando dolor y hasta incapacidad de movimientos.

Algunas posturas que son comunes en la práctica de todas las Artes Marciales como:

  • La posición de jinete
  • Posición del arquero, con una rodilla doblada cerca de 90 grados, y una estirada con el peso del cuerpo distribuido en 80-20%.
  • Pierna vacía, el peso en una pierna que se encuentra flexionada y la otra sólo toca el suelo con la punta de pie.
  • La posición de Siete estrellas, el peso del cuerpo en una pierna mientras la otra sólo toca el suelo con el talón.
  • La Media posición de jinete, donde ambas piernas están flexionadas, una con mayor apertura de ángulo que la otra y con una distribución del peso de 65-35%.

Estas posturas tienen una forma correcta de realizarse,  cuando no se sigue esa forma es cuando pueden sufrirse lesiones, como también cuando se inicia un trabajo de elasticidad con un calentamiento que no es el adecuado ni en calidad ni en cantidad de tiempo.

Lo ideal es trabajar las posturas más con los músculos que con las partes que poseen tendones o huesos, debiendo trabajarse las posturas fijas más con las piernas y el tronco que con la espalda.

Es fundamental que la columna mantenga siempre una postura, cómoda y natural, donde trabajen más los músculos y tendones que los discos y vértebras. Para adoptar las posturas correctas es imprescindible consultar al instructor sobre la forma apropiada.

Por otra parte,  las posturas difíciles que existen en las Artes Marciales se van exigiendo de forma paulatina una vez que se ha logrado una buena forma física. Además, las posturas bien hechas se trabajan de forma progresiva y constante.

También, es recomendable hacer con frecuencia algunos ejercicios de liberación de presión tanto para la espalda como para las rodillas. Manteniendo siempre una buena postura con la columna y el cuello erguidos de forma natural.

Ante cualquier dolor que persista por varios días es importante realizar la consulta con el especialista para evitar que la posible lesión se agrave.