Las bicicletas de competición suelen venir con fijador de pedales de nueva generación. Con este sistema se garantiza una verdadera fijación de los pies sobre los pedales, pero en caso de choque, pueden ocasionar ciertos traumatismos a nivel del hombro (en caso de caída por el lado) o de las muñecas (si las manos sueltan el manillar antes de la caída).

Fractura y/o luxación del hombro: A pesar de ser pequeño, el hueso de la clavícula hace las funciones de sujeción, ligando el miembro superior con el tórax. La fractura de clavícula suele ser frecuente, e impide poder escribir, comer, y evidentemente continuar con la práctica del deporte. En los ciclistas por diversión, el tratamiento es ortopédico (inmovilización con vendaje durante 4 ó 6 semanas). En los deportistas de alto nivel, la vuelta a la competición requiere un tratamiento quirúrgico, con el fin de reducir la fractura y aplicar una osteosítesis.

Fractura del escafoides: la fractura de este hueso, situado debajo de la columna del pulgar, impide el uso de la mano en su conjunto. El diagnóstico precoz requiere normalmente un escáner óseo. En los deportistas aficionados, se requieren dos meses de inmovilización. En los corredores de competición, la cirugía es necesaria, para evitar la escayola. Además que luego el tratamiento incluyerá masajes y sesiones de fisioterápia.

El hombre-máquina, un dúo infernal

Bajo el nombre de tecnopatías se esconden ciertas enfermedades relacionadas con la interacción del deportista y de su máquina. Favorecidos por el cansancio, el ciclistasobreentrenamiento de los tendones y de las articulaciones, la falta de hidratación y ciertas condiciones climáticas desfavorables, las tendinitis de la rodilla y del canal carpiano son las más frecuentes.

Cuidado con las rodillas: La articulación de la rodilla es la más solicitada a la hora de pedalear, por los movimientos de flexión-extensión, pero también por la rotación. Esta zona puede ser víctima de tendinitis a nivel del tendón rotuliano (situado entre la rótula y la tibia, justo debajo de cuádriceps), las tendinitis de la pata de gallo que designa un músculo situado sobre la cara interna y que garantiza la rotación de la rodilla, o el síndrome del limpia parabrisas, a nivel de la cara externa de la rodilla.

Frente a estos enemigos de la rodilla, el tratamiento es esencialmente preventivo con corrección de las malas posturas sobre la bicicleta y eventualmente la necesidad de hacer cierto reposo. Finalmente, un tratamiento médico a base de analgésicos, y eventualmente de infiltraciones puede ser lo más recomendable.

El síndrome del canal carpiano: Relacionado con la postura de las manos sobre el manillar, el síndrome del canal carpiano puede prevenirse gracias a ciertos consejos que pretenden mejorar la posición de las manos y corregir la altura del sillín. Las infiltraciones permitiendo eliminar el dolor del nervio comprimido, puede ser el primer paso antes de liberarlo quirúrgicamente.