La balneoterapia es una de las técnicas más interesantes para el cuidado del cuerpo del hombre. Estos tratamientos se pueden hacer en la bañera de casa o en locales especializados en este tipo de terapias corporales.

Debemos meternos desnudos en un agua cuya temperatura debe estar entre los 34 y los 38 grados. Cuando realizamos una cura termal, tomaremos una media de 18 baños, a razón de un baño al día.

Si el agua está fría, activaremos la circulación sanguínea, mientras que si el agua está caliente favoreceremos la relajación de las articulaciones más doloridas. En todos los casos, el baño es un buen momento para calmarse y provocar la relajación general del cuerpo.

El agua mineral

Con este sistema se procura poner la piel en contacto con diferentes agentes activos que suelen estar presentes en el agua mineral, y con ello aseguramos la penetración directa e inmediata, en nuestro organismo, de los elementos disueltos en el agua.

Los baños termales 1Entre otros muchos beneficios, los baños de agua mineral tienen una acción vasodilatadora y analgésica, cuando la temperatura del agua es alta.

El baño con ducha de inmersión

Este baño consiste en difundir chorros de agua a presión, lo que produce un masaje general o localizado. Esta terapia tiene virtudes tonificantes, para descontraer y reducir el estrés.

El baño localizado

Esta cura permite tratar selectivamente una parte del cuerpo, tal como las manos, o los pies, y generalmente se prescribe en las dolencias reumáticas, dada su acción sedante y analgésica.

El aerobaño

En este tratamiento cientos de microburbujas son proyectadas desde el fondo de la bañera hasta la superficie del agua. Al subir por el agua, las microburbujas producen una acción sedante y suavizante de la piel.

El efecto vasodilatador y analgésico del baño se intensifica por el masaje y el drenaje efectuado por el desprendimiento gaseoso artificial.