Sin duda alguna, la mejor manera de mantener unos pies limpios y tonificados desde por la mañana es una buena ducha. Mejor es una ducha que un baño completo, porque los tejidos se ablandan demasiado.
Un buen lavado de los pies requiere la utilización de un jabón suave que no dañe la fina película lipídica que recubre la piel, protegiéndola de cuerpos extraños. Si tenemos una piel seca, deberemos utilizar un jabón rico en lanolina.
Conviene que sequemos muy bien el agua que se queda acumulada entre los dedos de los pies. No basta con ponerlos sobre la alfombrilla de baño para secarlos.
Los hombres también cuidan sus pies 1Es necesario secar los espacios interdigitales, puesto que es en esas zonas donde se produce la maceración. Si esto ocurre, con mucha rapidez aparecerían micosis plantares.

Mimar los pies

Nuestros pies necesitan un mimo especial, un buen baño templado y reparador, no muy largo, pero con granos de sal gorda en el agua. Con eso conseguiremos un descanso reparador.
Un buen método para cuidar la salud de nuestros pies puede ser el siguiente:
. meter los pies durante diez minutos en un baño de agua a temperatura de quince grados para estimular la circulación sanguínea,
. introducir los pies durante diez minutos en agua tibia, y friccionar después con alcohol para tonificar la piel,
. introducir los pies durante, cinco minutos, en agua a temperatura de 37 grados para mitigar el dolor producido la fatiga de la planta,
. tres minutos de chorros de agua fría tonifican los pies y reducen la transpiración.
. diez minutos de ducha escocesa: dos minutos de agua caliente, alternado con diez segundos de agua fría, durante cinco series, activan la circulación sanguínea.
Los pies se deben cuidar durante todo el año, no sólo en verano que es cuando los demás nos los pueden ver.
Durante el invierno no podemos olvidarnos de la piedra pómez, y de alguna crema anti durezas o para la sequedad de los talones. Finalmente, es conveniente hidratar con frecuencia los dedos de los pies.

Contra el mal olor de los pies

Todos sabemos que debajo de la piel que cubre la planta de los pies se encuentran muchas glándulas sudoríparas, que son las que regulan el calor provocado por la temperatura exterior y la frotación que debe soportar el pie.
Los zapatos cerrados, y los calcetines de fibra sintética, entre otros muchos factores, terminan favoreciendo una mala transpiración, produciendo el mal olor.
Lo ideal sería andar con sandalias, sin embargo esto no es posible a diario, y menos todavía en invierno. Pero, al menos podemos evitar el uso de zapatos de material y utilizar calcetines confeccionados con fibras naturales.
No olvidemos que la mayoría de marcas deportivas ofrecen calcetines especiales para el ejercicio, permitiendo una buena transpiración que conserve los pies secos y eviten la formación de malos olores, gracias a un tratamiento bactericida.
Por último, existen desodorantes específicos para los pies, mucho más eficaces y más fáciles de usar que el clásico polvo de talco.