Cada fruta y verdura posee sus propias virtudes terapéuticas para la piel y el bienestar general de todo el cuerpo. Mezcladas con aceite neutro para un masaje, nos aportará el descanso necesario y toda clase de beneficios para el cuerpo: antienvejecimiento, hidratación y relajación.

Este nuevo concepto de masaje se acompaña de un zumo de frutas recién exprimido. Ciertamente se trata de un momento único de relajación al que los hombres de hoy en día se apuntan con más frecuencia.

Frutas y flores

Para aumentar la eficacia de estos tratamientos, la preparación suele ir acompañada de flores y plantas, como los pétalos de rosas mezclados con raíz de jengibre. También la menta es un buen aporte para refrescar y purificar la piel.

Masaje en buena compañía

Masaje con esencia de frutas 1En verdad se trata de una terapia que se disfruta más estando acompañado. Es un momento de relajación compartido, y un buen regalo para la pareja. Se trata de beneficiarse del placer, al tiempo que ofrecemos placer.

Masaje y relajación

Pronunciando esta especie de poesía podemos ir visualizando aquello de lo que estamos hablando. Con esta técnica, utilizada mientras nos dan el masaje frutal, alcanzaremos el bien estar máximo para nuestro cuerpo y nuestra mente.

Se trata de dejarnos impregnar por las imágenes que salen de nuestra boca. Al principio tendremos la impresión de que no surte efecto, pero a medida que nos vamos entregando a la técnica, nos dejaremos llevar por lo que la naturaleza vaya sugiriendo en nuestro interior.

Inspiro y sé que inspiro,

expiro y sé que expiro.

Inspiro y soy la flor,

expiro y siento el frescor.

Inspiro y soy una montaña,

expiro y me siento fuerte.

Inspiro y soy el agua calma,

expiro y en mí las cosas se reflejan tal y como son.

Inspiro y me siento el espacio,

expiro y me siento libre.

Cada estrofa la podemos repetir un par de veces. Con este ejercicio practicado durante el masaje a base de frutas y con los ojos cerrados, será muy beneficioso. Con esto nos sentiremos mejor, mucho más relajados, queriendo abrazar nuestra naturaleza más profunda y acercando nuestros pensamientos a nuestro cuerpo, cada vez más sereno.