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Así es, estos días conocíamos la nefasta noticia de la muerte de Nikolai Andrianov, que sucumbía a una atrofia multisistémica, una enfermedad neurodegenerativa sin tratamiento. Tenía 58 años, y a sus espaldas, el título del mejor gimnasta del siglo XX, y de hecho, hasta las pasadas olimpiadas, el deportistas masculino con más medallas olímpicas ganadas, un total de 15 en tres olimpiadas. Gesta que solo ha conseguido superar el gran nadador Michael Phelps.

Tenemos que recordar aquel gran Montreal 76′, en que Andrianov consiguió un hito increible, hacerse con siete medallas olímpicas: cuatro oros, dos platas y un bronce. Sin duda, todo un récord. Quizá este atleta soviético no sea de los más recordados entre los que no somos seguidores de la gimnasia, con un perfil modesto, trabajador, de aquellos deportistas que se curtieron en la extrema dureza de los sistema soviéticos de entrenamiento, no somos conscientes de la grandeza de este personaje.

Muere Nikolai Andrianov 1Empezó a despuntar en Munich 72′ donde consiguió 3 medallas, y se catapultó a la fama destruyendo el récord japonés que hasta ese momento estaba en alza. Lejos de crear un odio, travó amistad con otro gran gimnasta,  Mitsuo Tsukahara del que curiosamente, muchos años después, entrenaría a su hijo Naoya. De hecho, cerró su carrera en su propia casa, en los juegos de Moscú 80′, donde llegó a leer el juramente olímpico, cerrando esa edición de los juegos con 5 medallas más en su palmares.

Después, se dedicó a entrenar, y no se le dio nada mal, por sus manos pasaron diversos campeones olímpicos, como por ejemplo Yuri Ryazanov. Su gran derrota vino con su enfermedad, después de tres ediciones de los juegos, de entrenar en la URSS y en Japón futuros campeones, volvió a su casa para postrarse en la cama a la espera de una muerte contra la que ya no podía luchar.

Aquí nuestro pequeño homenaje.