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Disminuir la cantidad de grasa en el cuerpo e incrementar la masa muscular son dos de los objetivos al momento de entrenar con pesas, el aumento de músculos no necesariamente tiene que ser exagerado como en el caso de los fisicoculturistas, en muchos deportes se requiere tejido muscular fuerte y bien desarrollado pero sin hipertrofia.
Por eso es común encontrar que en diversas especialidades se entrena con pesas, el trabajo duro y disciplinado dará resultados pero muchos buscan algún camino mas fácil, otros la forma de multiplicar sus potencialidades, en ambos casos el uso de fármacos es una alternativa que se plantean miles de deportistas.
Los mas utilizados hasta el momento, en el caso del fisicoculturismo, están relacionados con la testosterona y sus derivados, además de otras hormonas como insulina, gonadotrofina y hormona de crecimiento.
En otras disciplinas se buscan incrementar el rendimiento por otras vías, y esto tampoco está exento del uso de productos químicos, así, por ejemplo, los ciclistas de competición se ven tentados por la eritropoyetina y otras sustancias.
Como es de esperarse, el uso de estos fármacos con fines deportivos está prohibido, tienen su aplicación en enfermedades específicas y el uso inapropiado puede acarrear graves consecuencias a la salud.
Otras sustancias han sido desarrolladas y no están al alcance de cualquier mortal, algunas son experimentales como es el caso del GW1516 y del AICAR.
Las investigaciones y sus resultados
Estos dos productos no están disponibles comercialmente, y según estudios realizados en roedores por los científicos del Instituto Médico Howard Hughes y del Instituto Salk de Estudios Biológicos indican que ambas sustancias desencadenan muchos de los efectos fisiológicos del ejercicio y aumentan la capacidad del cuerpo de quemar grasas así como la resistencia.
Ambas drogas se pueden administrar por vía oral y funcionan al reprogramar genéticamente las fibras musculares de modo que utilizan mejor la energía y se contraen en forma repetitiva sin fatigarse.
En experimentos de laboratorio, los ratones que tomaron las drogas corrieron más rápidamente y por más tiempo que los ratones normales en pruebas con una rueda para correr. Los animales a los que se les dio AICAR, una de las dos drogas, corrieron un 44 por ciento más de tiempo que los animales que no fueron tratados.
El segundo compuesto, GW1516, tuvo un impacto más dramático en la resistencia, pero sólo cuando se lo combinaba con el ejercicio.
Según los científicos, en ambos casos los fármacos desencadenan una serie de cambios que contribuyen a que las células musculares aumenten su rendimiento y mejoran la capacidad del cuerpo de quemar grasas.
Los investigadores han indicado que el potencial de los fármacos va mucho más allá del combate a la obesidad y el cansancio,también podrían ayudar en el tratamiento de enfermedades musculares, a pacientes que por problemas físicos no pueden realizar ejercicios, a personas con discapacidades y a quienes sufren trastornos metabólicos o distrofia muscular.
Tentación para los deportistas
Estas cualidades hacen del GW1516 y del AICAR dos supuestas panaceas para los deportistas y aficionados al entrenamiento físico, tal como la Miostatina, prometen incrementar fácilmente la resistencia física y la masa muscular mientras disminuye la grasa corporal.
Hacerse con estos productos para una competencia es algo que de seguro muchos ya se han planteado, pero en la mayoría de las disciplinas deportivas se realizan test antidopaje, y para ambas sustancias ya existen pruebas capaces de detectar tanto en sangre como en orina la presencia de GW1516 y AICAR.
En el caso de las competencias fisicoculturistas estas pruebas no son realizadas casi en ningún país, por lo que es común encontrar competidores que consumen grandes cantidades de hormonas y/o esteroides, quizá ahora tengan dos nuevos químicos para sumar al arsenal.