El zapato de los scouts, de los cazadores, pero también el calzado de las rutas de Katmandú: Pataugas ha acompañado a toda una generación de excursionistas en búsqueda de experiencias auténticas, y con los que poder llevar los pies ampliamente protegidos y cómodos.

El «pataugas», tras haber sido olvidado durante varios años, vuelve de nuevo a la conquista del mundo, pero con un diseño más bonito, más elegante, incluso con una versión más femenina, adaptado a mujeres modernas, y hombres urbanos, así como para aquéllos que les gusta caminar campo a través.

Una historia con solera

El calzado pataugas nació en Mauleón, en el País Vasco francés, y se hizo famoso enseguida gracias a sus suelas. La suela de cuerdas para las alpargatas, y la suela de caucho para las pantuflas y los zapatos de marcha… René Elissabide es el creador genial del primer zapato con suela de caucho en los años 1930: el Regum.

PataugasEn aquella época fue toda una revolución, puesto que las suelas de los zapatos eran de cuero y los zapateros tenían mucho trabajo, puesto que ese material se gastaba con bastante facilidad. De ahí las almadreñas de madera que se ponían por fuera del zapato para proteger la suela original. Viendo a los niños españoles cómo se ataban los trozos de rueda a los pies, René Elissabide tuvo la idea de utilizar el caucho para reforzar los zapatos.

En 1950, Elissabide tuvo la idea de unir esta suela de goma a la tela del calzado, en la línea de las famosas alpargatas de Mauleón, pero usando una tela más gruesa y resistente, sin perder flexibilidad y confort. Al comienzo se llamaban Pataugex, luego Patagom, y finalmente Pataugas, puesto que la suela estaba fabricada con un caucho calentado al gas.

La promoción de este calzado se basaba en el confort, la resistencia y la adaptabilidad a todo tipo de terreno. Tiene aspecto de bota de montaña, con una caña alta que sube hasta los tobillos, y una suela con agarres. El éxito supera todas las expectativas: un año después del lanzamiento de Pataugas, cada año se fabrican 4000 pares en la fábrica de Mauleón, en la que trabajan 400 obreros.