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Conseguir una figura estilizada y eliminar todo lo que sobra es lo que todo el mundo quiere.

Sin embargo, la salud está ganando terreno a la belleza como motivación para perder peso. Y no es un error.

Una vida sedentaria adosada a un ordenador o televisión, con una cada vez mayor y depredadora oferta de alimentación rápida y fácil, ataca frontalmente, al estilo de vida apropiado para nuestro cuerpo.

Nadie dijo que sea sencillo, pero continuar con kilos de más es un camino sin retorno.En primer lugar, hay que analizarse a sí mismo, y determinar lo que nos sobra y cuanto queremos perder.

Pierde kilos sin hacer dietas 1

En cualquier caso, el denominador común es la voluntad y la disciplina.Por eso trataremos de introducir pequeños cambios que, a la larga, os harán conseguir vuestros objetivos.

En segundo lugar. Analizar la comida. ¿Qué es lo que se come? ¿Abusáis de las grasas? ¿de los hidratos? Tened en cuenta que la alimentación es todo.

 Decid adiós a las dietas

Lo principal es olvidarse de las dietas y asimilar hábitos de por vida.La clave de todo está en tres palabras: proteinas, hidratos y grasas. Un equilibrio correcto entre estos tres elementos, será definitivo a la hora de mantener vuestro cuerpo en línea.

Sobre las grasas hay que saber que trataremos de reducir su cantidad.
Las proteinas por su parte, serán el elemento estrella. No contiene elementos adiposos, y ayuda a reparar tejidos.Sobre los hidratos, decir que son aquellos elementos que aportan energía a nuestro cuerpo. Pero cuidado, un exceso de hidratos no eliminados hace que éstos se transformen en grasa, por lo que trataremos de ingerirlos en su justa medida.

Una vez que conocemos por encima la función de cada elemento, diseñaremos unos hábitos de comida en los que la presencia de proteína esté en primer lugar; los hidratos en segundo lugar, y las grasas en tercer lugar.

Y ese es, precisamente el esquema que debemos adoptar para llevar una alimentación equilibrada.

El desayuno será fuerte e incluiremos una mayor cantidad de hidratos, como por ejemplo el pan de molde, la miel, o los copos de avena; una pequeña presencia de grasas, por ejemplo una cucharada de mermelada y algo de proteína, aunque no obligatoriamente.

Al llegar la comida empezaremos a invertir la pirámide. Las grasas darán paso a las proteínas en primer lugar, y algo de hidratos. Las pechugas de pollo, los filetes ternera, el pescado, pueden ser algunas de las opciones.

En cuanto a los hidratos, los reduciremos a un puñado de arroz o legumbres. Siempre en cantidades restringidas.

Finalmente, el momento crítico será al llegar la noche, ya que se hace necesaria la presencia casi exclusiva de las proteínas. Un pescado a la plancha o un filete de pavo pueden ser la opción más asequible.

Si lográis llevar a cabo dicho esquema, nunca tendréis que acudir a las dietas para perder peso.