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En el mundo moderno,  el sedentarismo supone siempre un alto factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas y entre ellas las que más se destacan son las cardiovasculares, representando uno de los principales factores de muerte en el mundo occidental.

Por ello, el llevar una vida físicamente activa genera una infinidad de beneficios tanto a nivel físico como psicológico.

Sin embargo, a pesar que es verdad que el ejercicio intenso suele aumentar el riesgo de sufrir algún problema cardiovascular (muerte súbita o infarto agudo de miocardio), ya sea en personas que llevaban una vida sedentaria como en aquellas que siempre realizaron actividad física, el riesgo sigue siendo sumamente inferior en los individuos que siempre fueron más activos.

Numerosas Sociedades Científicas, de diversas naciones,  hacen mención tanto de los riesgos que se corren como de los criterios de aptitud que deben tenerse en cuenta para la práctica deportiva, ya sea la que se realiza de forma recreacional como la competitiva, en personas que padecen de cardiopatías, como del tipo de reconocimiento médico recomendado antes de comenzar a practicar deporte.

Práctica deportiva y reconocimiento cardiológico previo 1En la mayor parte del mundo, el reconocimiento médico previo a cualquier práctica deportiva sigue creando controversia.

En Italia, por ejemplo, desde 1971 existe una ley que obliga a aquellos que practican una actividad deportiva del tipo de competición a someterse de manera periódica a un control específico de idoneidad de acuerdo a cada deporte.

Esta ley es justificada en Italia como un intento de salvaguardar la salud de un sector al que se considera más expuesto a un mayor riesgo ya que se dedican al entrenamiento intenso y la competición.

En cambio, este punto de vista, es totalmente diferente en los países anglosajones y en los Estado Unidos, ya que se entiende como una intromisión en la vida privada de las personas y en una limitación a su libertad personal.

Además, también existe una cuestión de presupuesto ya que no se justifica la cantidad de dinero que el gobierno tendría que desembolsar para realizar estudios a todos los deportistas de competición para evitar, eventualmente, una muerte súbita.

Asimismo, el reconocimiento médico preventivo de los deportistas debe ser realizado por un médico que tenga una formación especializada. En muchos países existe la especialización en medicina del deporte, pero no es el caso por ejemplo de los Estados Unidos, donde sólo existen cursos de formación multidisciplinar.

Por otra parte, en la mayoría de los países, incluidos España y EEUU, no se requiere que el médico que lleva a cabo el estudio tenga ninguna formación profesional específica.

En Italia los especialistas en Medicina del Deporte tienen un papel fundamental en el screening cardiovascular, pues según la ley son ellos los únicos competentes para establecer si el deportista es idóneo.

En otros países, como en Estados Unidos, la opinión del médico puede ser rebatida por el propio deportista, su familia, otros consultores, la universidad o los patrocinadores, apoyándose en alguna norma del derecho americano contra la discriminación de los ciudadanos discapacitados.

En realidad, el fin que se persigue con el reconocimiento cardiológico es detectar de manera precoz cualquier problema cardiaco que pueda ser un riesgo de muerte súbita o de deterioro en el transcurso de la práctica.

Lo importante y fundamental, siempre y cuando se realice de manera adecuada y por personal cualificado, es que el screening cardiovascular cumple una función muy importante y es necesario enfocar este tema teniendo en cuenta que tanto enfermos como sanos podemos beneficiarnos de la práctica de actividades físicas de forma regular.