El poder del agua líquida es indispensable para el buen funcionamiento de nuestro organismo, el agua también es un aliado precioso durante una dieta. Veamos 5 razones fundamentales para consumir agua durante una cura de adelgazamiento.

El agua difunde un sentimiento de saciedad

No tener hambre consumiendo 0 calorías es posible gracias al agua. Esta bebida ocupa sitio en el estómago, antes de ser evacuada. Por consiguiente, ofrece un sentimiento de saciedad, siempre bienvenido durante una fase de dieta alimenticia.

Para que este saciante natural actúe positivamente en la cura de adelgazamiento se debe beber un gran vaso de agua, 10 minutos antes de cada comida, beber un gran vaso de agua una hora después de la comida, y beber frecuentemente agua a lo largo de todo el día.

El agua estimula el metabolismo

El metabolismo se caracteriza por el conjunto de interacciones de nuestro organismo, que viene a transformar los nutrientes en energía. Juega un papel preponderante en la pérdida de peso, puesto que esa estimulación permite quemar más calorías. Sin embargo, el agua permite despertar el metabolismo desde la mañana. ¿Cómo? Consumiendo de un golpe un vaso de 33 cl antes del desayuno.

Torso muculado

El agua ayuda a mejorar el tránsito intestinal

Para conservar un vientre plano, un buen tránsito intestinal es indispensable. Entra en juego con ocasión del último proceso de eliminación. Durante un régimen adelgazante, es corriente encontrarse frente a pequeñas preocupaciones de estreñimiento, debidas al cambio de hábitos alimenticios. Esto puede ser un problema puesto que el objetivo de una cura o dieta adelgazante es la de eliminar al máximo, y esto pasa también por ir al baño a diario.

El agua ayuda a los intestinos lubricando las paredes internas e hinchando las heces. Estas últimas se evacúan sin problema, y de forma regular.

El agua evita los dolores tras un esfuerzo intenso

Quien dice dieta, dice normalmente deporte. Esta es la clave del éxito para perder con mayor rapidez el peso corporal y definir la silueta. Sin embargo, los esfuerzos requieren mucha energía, y la sacan de los recursos de agua. Hidratarse durante una sesión de entrenamiento es importante para aportar un máximo de energía al cuerpo y evitar el cansancio.

Beber agua pero no bebidas azucaradas

Todo el mundo conoce este consejo, pero pocas personas lo practican. Beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día es lo indicado por los médicos para renovar el agua presente en el cuerpo. Bebiendo frecuentemente a lo largo del día, se favorece la eliminación de toxinas presentes en el organismo y el drenaje linfático.

La celulitis se reduce, al igual que la retención de agua. Contrariamente a las ideas recibidas, dejar de hidratarse no es la solución en caso de retención de agua. Por otro lado, beber agua durante y después de la sesión deportiva permite oxigenar los músculos, manteniendo la circulación de la sangre. Esto previene los calambres, que normalmente impiden continuar con el ejercicio los días posteriores. Así pues, ya sabemos que este último consejo es fundamental, agua y deporte van siempre de la mano, no lo olvidemos.