La calabaza es una verdura que contiene muy pocas calorías. Tiene un gusto excelente y puede reemplazar, por ejemplo a las patatas. De esta forma, se mantiene un régimen alimenticio menos calórico.

La calabaza es ante todo un alimento saciante. Su alto contenido en fibra representa uno de sus mejores beneficios. La calabaza permite evitar el estreñimiento, purificar las grasas y las toxinas a través del intestino, y favorecer las digestiones.

Otro dato importante es su gran capacidad diurética. Si el organismo sufre por retención de agua, si se nota que el pantalón aprieta por la tarde, o que el vientre está hinchado, conviene consumir calabaza.

Sopa de calabaza

La mejor manera de consumir esta verdura para favorecer la pérdida de peso es a través de una sopa o un una crema. No se debe comer cruda porque es indigesta. Sin embargo, si se cocina con otros alimentos como el jengibre, os podéis sentir en plena forma.

El jengibre para perder peso

A veces hablamos de las virtudes de la raíz de jengibre, este alimento se considera como un remedio medicinal tradicional. El jengibre actúa como un analgésico suave, con principios activos similares a los del ibuprofeno, dada su capacidad para desinflamar y reducir el dolor.

El jengibre reduce el nivel de glucosa en la sangre. Reduce la inflamación y combate la retención de agua. El jengibre eleva los niveles de serotonina, un neurotransmisor que permite saciarnos y evitar el picoteo entre comidas. También facilita la digestión estimulando la producción de jugos gástricos. Favorece la absorción correcta de nutrientes, y ayuda a eliminar los residuos del organismo.

Sopa de calabaza y jengibre

  • 500 gramos de calabaza,
  • un litro de agua,
  • una cebolla cortada,
  • 3 dientes de ajo cortados,
  • una cucharada de aceite de oliva virgen extra,
  • media cucharada de jengibre rallado fresco,
  • un poco de pan,
  • 10 pipas de calabaza,
  • sal y pimienta en función de los gustos.

Preparación

Se cortan los 500 gramos de calabaza en cuatro o cinco trozos y se fríen en una gran cacerola con aceite de oliva, el aceite, el ajo y la cebolla. Después se añade el litro de agua para cocer todos los ingredientes hasta que la calabaza esté bien blanda. Una vez lista, se deja enfriar y luego se pasa por la batidora hasta obtener una crema bien homogénea, con la cebolla y el ajo.

Después la crema de calabaza se coloca en una cacerola y se añaden los 3 gramos de jengibre fresco rallado. De esta forma sus aceites esenciales se impregnan bien en la calabaza y la preparación tendrá mucho más gusto.

Después, se toma el trozo de pan y se corta en pequeños pedazos. Se mete en una cacerola y se acompaña con un poco de aceite de oliva, de ajo, de pimienta y las pepitas de calabaza. Se saltea hasta que el pan esté bien impregnado. Para terminar, se sirve la sopa de calabaza y jengibre en un plato, y por encima se colocan algunos picatostes crujientes a base de ajo y con pepitas de calabaza.