Creada en 1989, el spinning se practica en forma de curso de actividad física de grupo, es decir que un instructor dirige una clase a los participantes. El curso se divide generalmente en cuatro segmentos:

  • calentamiento,
  • porción de trabajo cardiovascular,
  • trabajo muscular y estiramientos,
  • vuelta a la calma.

Durante un curso de spinning, el instructor hace que se viva lo equivalente a una sesión de bicicleta externa. Varios profesores incluyen también ejercicios musculares que tienen como instrumento principal la bicicleta. Por ejemplo, los profesores piden a los participantes que se bajen de la bicicleta y hagan flexiones en ángulo, manteniéndose sobre el manillar de la bicicleta.

Los beneficios del spinning

El spinning ofrece muchos beneficios para la salud, permite mejorar la condición aeróbica, así como la resistencia y la fuerza muscular de las piernas. Además ofrece la impresión de bienestar al final de cada sesión, y es una excelente forma de alcanzar y mantener un peso saludable.

Bicicletas de spinning

Por otro lado, los instructores de spinning trabajan con música rítmica, para marcar la cadencia de los ejercicios.

El spinning es una buena oportunidad para moverse entre amigos, con la familia o compañeros de trabajo. En todos los casos, se trata de una actividad que cada vez reúne a más participantes.

Los principiantes pueden sin ningún problema comenzar a practicar spinning. El único imperativo es saber pedalear. Luego se aprende la técnica específica durante el curso. Además, cada participante puede seguir su propio ritmo y adaptar su posición a su forma física. Si el participante se quiere sentar mientras que el resto del grupo pedalea de pie, nadie se lo impide. También se puede ralentizar cuando se siente que el esfuerzo se vuelve demasiado intenso.

La práctica concreta del spinning

A las personas que les gusta caminar, apreciarán sin lugar a dudas esta actividad. Tras haber sudado durante una hora de curso, los beneficios se sienten también en las próximas caminatas. Las ventajas cardiovasculares son innegables:

  • refuerzo muscular cuando se pedalea a cierta velocidad,
  • refuerzo del tronco y del equilibrio en general,
  • mejora de la coordinación al cambiar regularmente de posición sobre la bicicleta.

Las reglas que conviene respetar

Cuando se llega a una clase de spinning, se debe escoger una bicicleta o montarse en aquella que designa el instructor. Por lo tanto es importante llegar algunos minutos antes de que comience la sesión para regular correctamente el instrumento del ejercicio.

La correcta regulación de la bicicleta

La mayoría de las bicicletas de spinning van equipadas con botones para regular el sillín, ajustar la altura así como el manillar para adoptar la mejor postura. Antes de sentarse en la bicicleta, conviene subir o bajar el sillín para que llegue al nivel de las caderas. Después, una vez subidos en la bicicleta, se ajustan los agarres de los pedales. Una vez sentados, las piernas deben estar ligeramente plegadas y los brazos a una distancia cómoda con relación al manillar.

La posición correcta

Durante una sesión de spinning se utilizan tres posturas. La posición sentado es la más clásica. El participante está sentado en el sillín, con las manos a la altura del manillar, que está cerca del cuerpo. La posición de pie obliga a levantarse mientras se pedalea. Las manos se sitúan en la parte superior del manillar. Y finalmente, la posición de bailarina, implica que las manos se sitúan en la parte baja del manillar.

Jugar con la velocidad

Algunos botones de la bicicleta permiten regular la velocidad. El coach está presente para indicar en qué momento se debe cambiar. Si se experimentan algunas dificultades para seguir al resto del grupo, conviene reducir la resistencia y escoger un ritmo que se adapte mejor a vuestra condición física.