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La ansiedad muestra un malestar emocional que puede mostrar los siguientes síntomas: preocupaciones que centran la atención de la persona de una forma intensa, a su vez, estas preocupaciones también causan temor e inquietud, la persona se siente insegura en ciertos momentos de su rutina cotidiana…

Estas percepciones internas también derivan en la percepción de tener falta de control ante la realidad. La ansiedad también puede producir molestias físicas como el dolor de cabeza o tensión en la zona de la espalda. Ante aquellas situaciones que producen temor y ansiedad, la persona puede reaccionar utilizando la evitación como un mecanismo de defensa que, lejos de reducir los síntomas de la ansiedad, terminan reforzando este malestar.

Técnicas de relajación para reducir la ansiedad

La ansiedad en el trabajo produce dificultades importantes: desmotivación para acudir a la oficina, dificultades para mantener la concentración en las tareas, cansancio psicológico, problemas para descansar correctamente y dificultades para poner en práctica la comunicación asertiva y las habilidades sociales en la oficina.

Los medios naturales son muy saludables para prevenir la ansiedad o para reducir la intensidad de los síntomas: dar paseos por entornos naturales, realizar ejercicio físico de una forma moderada, practicar actividades de ocio, recordar momentos felices del pasado y proyectar situaciones felices de futuro, escuchar música y escribir un diario en el que poner por escrito sentimientos y vivencias. Pero además de estos posibles medios, las técnicas de relajación también son muy importantes para incrementar el bienestar físico y mental a través del adecuado control de la respiración.

La ansiedad aumenta la tensión muscular, y estas técnicas de relajación son saludables para aumentar el bienestar. Muchos centros de psicología y coaching imparten cursos sobre técnicas de relajación que son un medio de aprendizaje muy importante para sacar el mayor partido a este recurso de autoayuda.

Para realizar técnicas de relajación es importante que busques un lugar en el que puedas estar tranquilo y situado en posición cómoda. Puedes poner música suave y relajada de fondo para dejar volar tu imaginación hasta imágenes que evocan en ti felicidad. Por ejemplo, recuerda un instante feliz de tu niñez e intenta deleitarte en la contemplación mental de ese momento y de las sensaciones que te produce.

El sonido del agua también produce un efecto relajante. Por esta razón, caminar por la orilla del río, aporta un estímulo de relax puesto que los sonidos de la naturaleza reducen el sonido interior que produce la ansiedad. .