Algo de historia

Año 2000 A.C, aparecen los masajes vibratorios, originarios de los países asiáticos, tales como Japón, China, o Corea. Los científicos descubrieron que las vibraciones tenían efectos saludables sobre el cuerpo humano: ayudaban a desbloquear las articulaciones, controlar la respiración, y aumentar la fuerza y la flexibilidad.

Se construyeron entonces unas placas vibratorias, y su utilización se realizaba en centros médicos y en fisioterapia. El primer uso de las vibraciones en el mundo del deporte tuvo lugar durante los Juegos Olímpicos de Moscú en el año 1970, y desde entonces, estas placas han conocido un notable éxito en las salas de fitness, y en los centros de puesta en forma.

La plataforma vibratoria: sus componentes

Existen cientos de modelos de placas vibrantes, pero los elementos de base son los siguientes: la estructura; que debe ser sólida, robusta y estable. Los modelos, en acero son las más recomendables, porque ofrecen mayor seguridad.

Un cuerpo 10 con la plataforma vibratoria 1Luego está la placa, que es el lugar sobre el que uno se debe colocar para sentir las vibraciones emitidas por un motor que oscila de izquierda a derecha: es bueno conocer el peso máximo que soporta el motor.

El manillar os permite sosteneros y mantener el equilibrio durante los movimientos, y mientras os desplazáis sobre la placa: debe ser flexible, y fácil de manipular, especialmente mientras la utilizáis en movimientos que os mantienen de pie. Finalmente, la consola debe permitir que se regule la velocidad y la potencia de las vibraciones.

La plataforma vibratoria: sus beneficios

Este aparato hace trabajar activamente todos los músculos del cuerpo y permite reafirmarlos y tonificarlos. Ayuda a ganar y definir abdominales. Reduce el tejido adiposo y la celulitis, gracias a las vibraciones que envía sobre todo el cuerpo.

Es aconsejable no utilizarla más de 20 minutos al día, teniendo siempre en cuenta que las mujeres encinta y aquellas que tienen marcapasos no pueden utilizarla bajo ningún concepto.

La plataforma suele venir acompañada de una guía de ejercicios en función del nivel físico de cada cual: principiante, intermedio, y experto.