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Uno de los Pranayamas más sofisticados que encontramos en Yoga es la llamada Respiración de Fuego, una herramienta importante que ayuda a manejar la ansiedad, nervios, miedo, dolor, tristeza y preocupación.

Según la filosofía Yoga cada persona recibe una cantidad determinada de respiraciones desde que nace hasta que muere, pero la Respiración de Fuego es uno mismo desde que comienzas hasta que acabas, por ello podemos prolongar a través de ella el tiempo de nuestra vida.

La forma en como nos sentimos día a día tiene una relación directa con la manera de cómo respiramos.

Por ello, cuando estamos atravesando alguna situación estresante nuestro organismo de forma inconsciente tiende a atraer el diafragma hacia adentro, en el área del Plexo Solar, sitio donde nuestro cuerpo almacena las emociones.

Nuestro cuerpo posee setenta y dos mil nervios de los cuales setenta y dos son los de mayor importancia y de los setenta y dos sólo diez son vitales.

Los hindúes tienen la creencia que cuando el tercer Chacra, que es uno de los puntos donde los setena y dos mil nervios se encuentran reunidos, no está balanceado, la persona no conseguirá sanar, sin importar cuantas medicina tome.

Yoga, la respiración de fuego 1La forma de llegar a balancearlos es realizando la Respiración de Fuego en “stretch pose”.

Este tipo de respiración reporta múltiples beneficios, entre ellos:

  • Logra liberar el nerviosismo y la ansiedad, ya que fuerza el diafragma dentro y fuera, lo que genera un impacto directo en el centro del ombligo y así se consigue liberar las emociones de forma beneficiosa.
  • Readapta y refuerza el sistema nervioso.
  • Colabora para la recuperación del control sobre los estados de estrés mental.
  • Es benéfica para el corazón y ayuda a la circulación ya que puede enviar fuera del flujo sanguíneo las toxinas.
  • Es un masaje para los órganos internos.
  • Ayuda a la liberación de toxinas y sedimentos que se encuentran dentro de los pulmones.
  • Expande la capacidad de los pulmones.

Para lograrla se debe respirar hacia adentro y hacia fuera a través de la nariz. Podemos también hacerlo a través de la boca, llevando el abdomen hacia dentro durante la exhalación y sacándolo en la inhalación. Este es un tipo de respiración rápida como 2 o 3 veces por segundo y muy fuerte en cuanto a sonido.

Cuando llega a perfeccionarse la velocidad ideal es de 120 a 180 ciclos por minuto.

El hacerlo a la perfección lleva un tiempo por ello puede empezar a practicarse la Respiración de Fuego por unos minutos en períodos de 30 segundos y alternar con respiración larga y profunda, así en poco tiempo se estará capacitado para hacer la respiración por períodos extensos de tiempo sin ahogarnos o tener que parar.