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Se acerca el verano y con él estampas muy veraniegas. Empiezan a copar las portadas famosas en bikini y llega también el turno de ponernos nuestro traje de baño. Por eso, queremos dar unos cuantos consejos en nuestro blog para empezar la puesta a punto para las próximas vacaciones. Son unas pautas sencillas que os van a ayudar a poneros en forma, siempre que lo acompañemos también con el deporte.

Pues bien, para empezar, hay que tener en cuenta las bases fundamentales de toda alimentación equilibrada: se debe comer de todo en su justa medida. Cada diferente tipo de alimentos nos aporta determinados nutrientes y vitaminas que son todas imprescindibles para estar saludable. La fruta y la verdura van a ser protagonistas, junto con el pescado y la carne… ¡a la plancha! Otra opción es al horno, aún más ligero, ya que no vamos a necesitar ni aceite de oliva para cocinarlo. También es importante evitar las bebidas gaseosas y azucaradas. Ahora que hay frutas de temporada tan ricas como la fresa y la naranja, aprovecha para prepararte unos zumos naturales.

Alimentación equilibradaVamos pues al grano. No debemos obviar ninguna de las cinco comidas que se deben ingerir al día. Para empezar, lo más importante, ¡el desayuno! Apuesta por tomar leche desnatada o semidesnatada con el café y unas tostadas integrales o de cereales. También puedes alternarlo con unas galletas de fibra y fruta. Tanto un caso como otro, puedes añadir el zumo de naranja natural y serás el rey de la primera hora del día.

A continuación, a media mañana, en torno a las 12 aproximadamente (aunque esto dependerá de la hora a la que almuerces), toma un tentempié. Hay varias opciones: fruta fresca (como decíamos, es buen momento para disfrutar de las naranjas, las fresas, la piña, el kiwi… todas muy recomendables), unas galletas integrales (si no las tomamos al desayuno) o bien unas barritas de cereales, que las hay de muchas marcas todas muy ricas, y de diferentes sabores.

En el almuerzo, apuesta por cocinar lo más ligero de grasa posible. Acompaña un pescado a la plancha o pollo/pavo asado con ensalada fresca o bien con verduras rehogadas. Es un plato ganador y una estupenda combinación. También puedes alternarlo con uno o dos días en semana de pasta, perfecta para los deportistas. De postre, un yogur desnatado o bien una infusión.

Con el estómago lleno, toca hacer la digestión, seguir con la actividad diaria y… ¡llega la merienda! No la olvidéis, ¿eh? Aunque sea un poco de fruta entre horas, pero no llegues sin tomar nada más hasta la cena porque esto solo va a provocar que a las nueve o las diez de la noche tengas mucha ansiedad y comas más de lo que debieras. Así pues, merienda eso, un poco de fruta, un café con leche desnatada, alguna galleta o también está bien un yogur desnatado.

Y la hora de la cena. Recordando el refrán de ‘Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un pobre’, os recomendamos que esta sea la comida más ligera del día y que además evitemos la lechuga. Esta, sobre todo por las noches, nos hace que retengamos algo de líquido. Así que para estas horas, una menestra de verduras o un caldito están perfectos, con algo de postre para que la sensación de saciedad sea mayor. Además, procura comer al menos dos horas antes de meterte en la cama, para que puedas hacer adecuadamente la digestión.