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Situada al sur de la línea imaginaria que delimita el área del Círculo Polar, Bergen es un destino de vacaciones sorprendente que permite presenciar espectáculos naturales como ver en todo su esplendor el sol de medianoche, un espectáculo que puede disfrutarse al máximo durante el mes de junio cuando el día llega a durar unas diecinueve horas.

Después de los meses de lluvia y también de nieve, el clima va volviéndose cálido en Bergen que augura con la llegada del buen tiempo propuestas para disfrutar de magnificas terrazas y bares que vuelven a cobrar vida.

BergenY como preludio anunciando la llegada de un movido e inquietante verano la población ya se prepara para su famoso Festival de Jazz, además de disfrutar del entorno natural que hace propicia la llegada del tiempo cálido para salar a dar una caminata, andar en bicicleta o disfrutar de una paseo en kayak visitando los fiordos cercanos.

Bergen es hoy un destino turístico al que llegan cientos de turistas para disfrutar de sus ofertas de ocio y diversión, algo que en el pasado sucedía con los comerciantes que hicieron rica y moderna esta ciudad que guarda un importante legado histórico.

Declarada como Patrimonio de la Humanidad su magnífica arquitectura, edificios reciclados, tiendas, cafés y galerías lujosas se contraponen a los más antiguos barrios, a pesar que su vida cultural y ambiente magnífico la transforma en una ciudad simplemente encantadora.

A pesar del protagonismo de los fiordos vale la pena dedicarle un par de jornadas a recorrer esta ciudad con nostalgia y encanto que representa una de las metrópolis más bonitas de Noruega.

Tanto los montes Floyen como el Ulriken forman parte de las colinas que circundan Bergen, siendo posible llegar hasta al primero utilizando un funicular, en tanto que al segundo solo puede accederse a través del teleférico, ambas alternativas valen la pena si se desea obtener magníficas vistas.

El puerto de la ciudad es otro de los lugares pintorescos que vale la pena visitar y conocer las viejas tradiciones que conserva entre otras cosas el Mercado de Pescado donde se exhiben por la mañana muy temprano salmones, filetes de ballena, cangrejos y frutos del bosque.

Ya en las afueras de la ciudad y enclavada en un paisaje único en lo alto de una colina en Troldhaugen, la Casa-Museo de Edvard Grieg, uno de los hijos predilectos de Bergen, permite conocer la casa del compositor su historia en un ámbito que recrea la época en la que éste vivía en el lugar incluyendo la sala donde se encuentra su piano, lugar donde además brindaba íntimos conciertos a un selecto grupo de amigos.

Calles adoquinadas, pintorescas casas, la antigua iglesia de Mariakirken, museos como el de Bryggen todo está muy cerca en Bergen una ciudad que ha evolucionado pero guarda la magia y el encanto de un pasado que vale la pena conocer.