Hasta no hace mucho tiempo se tenía la creencia que el acné era un problema que exclusivamente padecían los adolescentes, sin embargo, cada día se pueden ver más adultos que lo padecen, por ello es necesario para su tratamiento efectivo ejecutar un plan integral.
Diferentes causas pueden generar su aparición, muchas veces un factor de tipo hereditario, otras puede deberse a un desorden hormonal y hace unos años se ha descubierto que el estrés también puede ser un factor desencadenante para esta patología.
En realidad, el acné es una inflamación que se produce en los folículos pilosos y que trae como consecuencia brotes o también llamadas pústulas que aparecen en este proceso inflamatorio. Es un trastorno de tipo crónico que suele aparecer en el rostro, cara, espalda y pecho.
Ahora bien, si estamos hablando de una herencia genética será más dificultoso el tratamiento, que no hará desaparecer el acné pero si podrá controlarlo. En cambio, en los casos de problemas hormonales o de estrés al tratarse de variables pasajeras podrán controlarse y la reaparición de los síntomas no será tan frecuente.
Las lesiones provocadas por el acné se desenvuelven a partir de una estructura dérmica llamada unidad pilosebácea, formada por la agrupación de las glándulas sebáceas con el folículo piloso.
Sin embargo, además de los factores mencionados existe un cuarto agente, tan poderoso como los ya señalados y que con poca frecuencia no es tomado en consideración, se trata del factor alimenticio, que es en realidad el punto de partida para lograr el éxito de cualquier tratamiento tópico que se realice.
Para combatir el acné de manera eficiente, además de realizar cualquiera de los tratamientos convencionales una alimentación saludable es fundamental. Comer frutas, verduras, cereales así como productos lácteos con bajo contenido de grasa hará que el organismo funcione de manera correcta y se mantenga fuerte y saludable.
Existen también, muchos mitos sobre el tema del acné como por ejemplo que tomar sol puede mejorarlo, cuando en realidad es muy peligroso exponerse a los rayos solares sin la protección adecuada y el hacerlo traerá como consecuencia que la piel se irrite y reseque.
Es importante evitar la acumulación de grasa, por lo tanto la higiene ocupa un lugar importante, siendo conveniente lavarse el rostro como mínimo dos veces por día con agua tibia y jabón, secándolo con ligeros toques a fin de no irritar la piel. Lo mismo se hará si se practica algún deporte o ejercicio físico, luego de terminado el entrenamiento.
Cualquier tipo de cosmético que se utilice ya sea maquillaje o protector solar debe decir en su etiqueta que en su fórmula no contiene aceite, siendo preparaciones especialmente diseñada s para no obstruir los poros.
Existen en el mercado lociones y cremas especialmente formuladas para los problemas de acné, muchas son de venta libre y todas ellas no sólo evitan la aparición del acné sino que son un excelente aliado para tratarlo. Es importante colocar la cantidad indicada siguiendo las instrucciones del laboratorio, pues si se coloca demasiada cantidad la piel puede secarse de manera excesiva.
Entre los ingredientes más utilizados en el tratamiento del acné se encuentra el peróxido de benzoyl, que elimina las bacterias, retrasando la acción de las glándulas de la piel, suele ser efectivo en el acné moderadamente serio, pero puede producir irritación en la zona tratada además de resecar extremadamente la piel.
Un derivado de la Vitamina A, el retinol que previene la formación de granos y seca los ya existentes, es utilizado con frecuencia y sus resultados son muy satisfactorios. El retinol es un medicamento que se expide bajo prescripción médica y por lo general, en casos de infección también se recetará un antibiótico de uso externo, ya sea en crema o loción que actuará junto con el retinol desinfectando la zona.
En casos graves, por lo general en los de acné de adulto, las preparaciones para tratarlo contienen isotretinoína, que también es un derivado de la Vitamina A. Este tipo de droga elimina el acné pero posee algunos efectos secundarios como dolor de cabeza y musculares, no siendo aconsejable su uso por mujeres embarazadas.
Otras alternativas son los corticoides también son utilizados de forma frecuente y pueden aplicarse en forma directa sobre la zona afectada y los estrógenos que suprimen la producción de aceite en la piel, efectivos para el tratamiento del acné adulto pero poco utilizados porque se ha probado que pueden producir coágulos de sangre.
En cuanto a los alimentos recomendados podemos nombrar a todos aquellos que son ricos en antioxidantes como frutas y vegetales, y los que contienen omega 3 como el pescado. Es fundamental evitar aquellos alimentos que contienen grasas saturadas, frituras, azucares refinados y los lácteos enteros.
Por ultimo es necesario también que la piel se encuentre debidamente hidratada, por ello el consumo de agua en abundancia es esencial para desintoxicarla eliminando toxinas.
Como hemos visto, en la lucha contra el acné no basta sólo una medida para tratarlo sino un conjunto de ellas que al realizarlas de manera constante darán un resultado satisfactorio.
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