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Quienes practican ejercicio físico de forma habitual deben mantenerse hidratados constantemente  por ello beber agua antes, durante y una vez terminada la rutina es imprescindible.

En realidad el primer error que se comete es beber líquido cuando aparece la sensación de sed, ya que en ese momento se ha perdido entre el 1 y 2% del peso corporal. Además, la reposición de agua al organismo es de suma importancia para no tener problemas de salud.

EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) recomienda beber entre 1,5 y 2 litros de agua diaraimente como un manera de mantener una correcta hidratación. Sobre todo en época de verano cuando más personas eligen practicar algún tipo de actividad física y muchas de ellas desconocen los riesgos de una mala hidratación.

El dictamen científico con respecto a la materia de hidratación realizado por EFSA, contó con la colaboración de expertos tanto en nutrición como en salud y comenzó a gestarse en el año 2008, formando para ello nueve grupos de personas que iban de los 6 meses hasta los 75 años, haciendo una diferenciación  por sexo y considerando aparte a las mujeres embarazadas y lactantes.

Cómo lograr una correcta hidratación 1

El resultado final de la investigación se dio a conocer a través de un informe en el cual se indica cuál es la cantidad de agua que el cuerpo precisa para funcionar de manera correcta y estar saludable.

La recomendación general y siempre tomando condiciones de actividad física moderada y una temperatura cálida, es que tanto los menores a partir de los 14 años, como los adultos deben tomar entre 2 y 2,5 litros de agua. Esta ingesta promedio es aplicable tanto para mujeres como para hombres.

Ya las embarazadas deben incrementar esa cifra en 300 ml diarios de agua y las que se encuentran en periodo de lactancia lo aumentarán a 700 ml al día.

Con respecto a los deportistas el dictamen especifica que las cantidades de líquido deben ser revisadas mientras se está haciendo ejercicio físico, ya que la pérdida de líquido puede conducir a una disminución del rendimiento deportivo y a padecer problemas de salud de acuerdo a la cantidad de líquido que se ha perdido.

Como consecuencia de estos hechos es importante que los deportistas aeróbicos de competición realicen una adecuada reposición de líquido antes, durante y una vez concluida la actividad física.

La pérdida de agua del organismo tiene lugar durante el ejercicio físico que provoca sudor, teniendo en cuenta que el principal  componente del sudor es precisamente agua y sudar es igual a perder agua en forma abundante.

Además, el sudor está compuesto también por sodio, potasio y cloruros (electrolitos) y el ser humano es el único mamífero que suda electrolitos ya que el resto de los animales solamente eliminan agua.

También se debe tener en cuenta que el sudor que se produce durante la actividad física es variable dependiendo de ciertos aspectos como sexo, edad y condiciones ambientales. El hombre suda más que la mujer y los niños son los que menos sudan

Es primordial entonces, evitar que aparezca la sed consumiendo líquidos antes, durante y después de realizar ejercicio físico. Una manera sencilla para saber el índice de deshidratación es pesarse media hora antes y después de realizada la actividad física, la diferencia entre los pesos será igual a la cantidad de líquido no ingerido, que deberá reponerse para recuperar las condiciones óptimas.

Asimismo, para evitar la deshidratación es aconsejable entrenar por la mañana o en los horarios menos calurosos, controlar el peso y beber el líquido perdido de forma inmediata.

En el caso de personas que acostumbran a usar diuréticos es importante que presten mucha atención porque esos productos facilitan la pérdida de agua.

Ancianos, obesos y mujeres deben estar más atentos a los síntomas de una deshidratación, sobre todo cuando existen calambres, vértigo, fatiga o falta de coordinación de movimientos, dejando de realizar ejercicio y de ser necesario consultar de forma inmediata al médico.