• Autor de la entrada:
  • Tiempo de lectura:3 minutos de lectura

Hoy día conseguir una buena figura es una preocupación de todos los días. Es por ello que mujeres y hombres acuden a distintas dietas o regímenes para adelgazar que no siempre dan buenos resultados y más aún cuando el placer de comer queda totalmente restringido. Es por ello que en esta nota hablaremos sobre la forma de reemplazar aquellas dietas restrictivas que ponen en riesgo la salud de las personas, a cambio de dietas que permitan disfrutar de las comidas.
Estamos haciendo referencia de la llamada “la no dieta” acuñada por la nutricionista argentina Mónica Katz, quien considera que sólo legalizando el placer es posible bajar de peso sin perder por ello la salud. La especialista señala la importancia de evitar las conductas desordenadas en la alimentación y de volver a tener el control sobre los alimentos.
Dieta para no perder la salud 1Para ello fundamentalmente hay que colocar la comida en el lugar de siempre, es decir, en el lugar de la nutrición y del placer. Asimismo es importante hacer eje en el cambio y no en la pérdida de peso, y en el registro del hambre: “debo comer si hay hambre”.
Es importante también permitirse el disfrute de los alimentos, más allá de nuestra necesidad de bajar de peso. Por lo tanto, para no dejar de disfrutar es esencial controlar lo que se compra. “Si tengo como, por lo tanto si compro sólo una porción de lo que me gusta, podré comerlo todos los días, manejando el descontrol», sostiene Katz. Finalmente les aconseja a quienes quieren bajar unos kilos seguir una serie de reglas sumamente simples:
–          realizar las cuatro comidas en horarios flexibles.
–          el plato principal debe incluir una consistente porción de carne más vegetales y otra de harina (pasta, arroz, tarta o pizza con vegetales).
–          se recomienda consumir un solo plato por comida y un postre por comida.
–          la actividad física es fundamental para completar nuestro plan de “la no dieta”.
En fin, la clave está en el disfrute y no en el sacrificio, en controlar la comida y no dejar que la misma nos controle, y en aprender a comer solo cuando se tiene hambre.