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La alimentación en las personas portadoras del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) causante del Síndrome de Inmunodeficiencia adquirida (SIDA) es muy importante.

Al ser una enfermedad metabólica, no es frecuente asociar el VIH con la alimentación, pero una dieta adecuada es muy importante ya que ayuda a retardar los síntomas que genera esta dolencia.

Se deben tener en cuenta varios conceptos para cuidar nutricionalmente del paciente y su estado de salud dándole una dieta estricta con alimentos específicos.

La alimentación es clave para las personas con VIH 1La elección de la dieta para el paciente y la alimentación que debe ingerir en general dependen de los síntomas frecuentes que sienta, por ejemplo los indicios hematológicos y los síndromes gastrointestinales.

En lo que respecta al síndrome hematológico el paciente puede exhibir anemia o trombocitopenia de mecanismo inmunológico. En este caso,  la dieta sugerida refuerza la ingesta de hierro, incorporando principalmente carnes de vaca, cerdo, pollo, morcilla, hígado, almendras, entre otras.

Estos alimentos deben acompañarse con la ingesta de vitamina C que ayudará a su correcta absorción y se debe evitar combinarlos con lácteos tomados habitualmente como postres,  flanes, quesos, etc., para prevenir que el calcio aportado por éstos últimos interfiera con el metabolismo del hierro.

Los síntomas gastrointestinales se deben generalmente a infecciones que se producen en el momento o también por cierta intolerancia a la medicación que toma el enfermo.

En este caso, los alimentos deben ser de fácil digestión, bien cocidos y procesados evitándose los alimentos crudos como frutas y verduras, los cereales integrales, las grasas, frituras y condimentos picantes.

Existen varios alimentos que se recomienda sean consumidos todos los días en la dieta de las personas portadoras del VIH, como el ajo y la cebolla que cuentan con propiedades bactericidas y antioxidantes, las peras y manzanas que son estimulantes del sistema inmune.

Debiendo incluirse también, tomate y zanahoria por ser ricos en nutrientes, antioxidantes, licopeno y betacarotenos, y las grasas vegetales como el aceite de oliva, de soja, girasol y los aguacates.

Asimismo, debe prestarse atención cuando se ingieren proteínas de alto valor biológico, como lácteos, huevo o clara de huevo y carnes blancas o rojas, puesto que la ingesta adecuada de estos alimentos y el ingreso de proteínas de gran calidad en las cantidades correctas (1,5 a 2 gramos por día), impedirán el catabolismo que puede complicar el estado nutricional del paciente.