Para tener unos dientes bonitos y saludables se debe mantener una buena higiene bucodental. La elección del dentífrico con propiedades específicas es fundamental.

Antiplaca y antibacterias

El problema: la placa dental es el depósito de los restos alimenticios y de las bacterias que se fija en los dientes. Los azúcares se transforman en ácidos y van desgastando el esmalte, creando caries.
El tejido de las encías se irrita, provocando gingivitis y los dientes terminan por aflojarse de sus agarres naturales.
La solución: el uso de un dentífrico con alta concentración en clorhexidina, puesto que es un potente antibacteriano. Este componente purifica la boca y ayuda a combatir las bacterias, limitando la aparición de la gingivitis. La acción es progresiva y dura varias  horas.

Reforzar el esmalte

El problema: con el tiempo, el esmalte se va gastando, se resquebraja, se desmineraliza por falta de saliva. Ésta es la que irriga los dientes y les aporta el calcio. La encías se retraen provocando la movilidad de los dientes, que con el tiempo van perdiendo su color natural.
La elección de un buen dentífrico 1La solución: un dentífrico a base de peróxido de calcio puede remineralizar y reforzar el esmalte de los dientes, al tiempo que elimina las bacterias responsables de la placa.
Esta molécula tiene, además, un efecto blanqueador, atenuando la coloración de la superficie. Para una mayor eficacia, se aconseja mantener un tiempo el dentífrico dentro de la boca, tras el cepillado, y antes de enjuagarnos.

Dientes sensibles

El problema: esta afección se manifiesta en dolores puntuales y cortos, pero violentos, provocados por el contacto de los dientes con alimentos fríos y calientes, al igual que con comida azucarada o ácida, e incluso cuando pasamos el cepillo dental.
Normalmente, este problema tiene su origen en una progresiva degradación del cuello de los dientes. Las encías se retraen y aflojan la raíz dental. El contacto de los alimentos se hace a través de la dentina hacia el nervio del diente, por eso sentimos dolor.
La solución: un dentífrico poco abrasivo con alto contenido en fluorinol o permetol, ya que se fija en la superficie de la dentina, formando una película protectora.
La clorhexidina limita también la proliferación de bacterias y actúa bastante tiempo tras el cepillado. Igualmente, estos dentífricos ayudan a proteger las encías.
Para el cuidado de los dientes es fundamental realizar un buen cepillado. Quien dice un correcto cepillado, dice un buen cepillo de dientes. Con el uso, el cepillo se desgasta y se hace menos eficaz. Por eso, debemos cambiar de cepillo de dientes cada cierto tiempo, y con más frecuencia de lo que habitualmente lo hacemos.

Los cepillos de dientes

Si bien es cierto que debemos renovar con frecuencia nuestro cepillo de dientes, también lo es que tenemos que escoger aquél que se adapte mejor a nuestros problemas bucales.
Un buen cepillo de dientes debe tener en cuenta que no dañe las encías (no se recomiendan los cepillos demasiado duros). Se trata de que el cepillo elimine la placa dental, y se adapte lo mejor posible a la morfología de nuestra boca, para que pueda llegar a todos los rincones de la dentadura.