Bien sea por razones estéticas o por la práctica de un deporte como la natación o la musculación, rasurarse las axilas ha dejado de ser una excepción en los hombres. Hoy en día, dos de cada tres hombres confiesan rasurarse con frecuencia las axilas.

Pero lo que es verdad para el torso, el pubis y el resto de partes del cuerpo, también es válido para las axilas. Es fundamental respetar algunas reglas para conservar una piel suave.

El mejor método para el rasurado de las axilas

Para el rasurado de las axilas existen diferentes métodos:

  • La depilación eléctrica: duradera pero muy dolorosa en esta parte muy sensible del cuerpo.
  • La depilación a la cera: rápida pero dolorosa y que requiere ayuda de un profesional.
  • La crema depilatoria: puede provocar reacciones alérgicas sobre las pieles frágiles y provocar quemaduras si se supera el tiempo de pausa previsto.
  • El rasurado con maquinilla: preciso pero que puede provocar irritaciones y enrojecimientos.
  • El rasurado con recortadora de precisión: seguramente el método más suave de todos.

Depilación de las axilas

Personalmente, os aconsejo el uso de una recortadora para el rasurado de las axilas. Estos modelos permiten realizar un corte muy pegado a la piel, evitando las pequeñas irritaciones provocadas por un rasurado clásico. Sin afectar directamente a la piel, estas recortadoras rasuran a un milímetro y ofrecen un resultado similar al obtenido con el resto de métodos de rasurado, sin los inconvenientes que esos métodos presentan.

Tres etapas para rasurarse las axilas

Si las axilas no representan más que una pequeña superficie para rasurar, conviene en todo caso tomar algunas precauciones antes de lanzarse a este tipo de operación, con el fin de obtener un resultado óptimo.

La preparación de la piel

Antes de nada, es necesario lavar la zona que se va a rasurar con el fin de que esté perfectamente sana, pero igualmente secarla muy bien. Para esto, se debe evitar el uso de una toalla que podría dejar restos textiles, y centrarse más en el secador de pelo, que permite secar sin contacto con la piel. Se deja el brazo al aire evitando volver a transpirar antes del rasurado.

Para eliminar las pieles secas y facilitar la extracción de los vellos, lo ideal es pasar un guante de exfoliación, realizando ligeros masajes, y después pasar la recortadora.

La etapa indispensable, el rasurado

Una vez que la piel está limpia y seca, se extiende bien el brazo en el aire para que la superficie que se va a rasurar quede lo más plana posible, y se pasa la recortadora de arriba hacia abajo. No es necesario multiplicar las idas y venidas con el aparato por debajo de la axila, puesto que un solo paso es suficiente para eliminar los vellos.

Si algunos vellos se resisten, se puede inclinar un poco más la recortadora para pasar el filo, evitando apretar demasiado para evitar cualquier corte.

Los cuidados después del rasurado

Tras el rasurado de las axilas, la piel puede estar irritada y necesitar algunos cuidados para calmar los eventuales daños de la cortadora. Por ejemplo, se puede calmar la abrasión con ayuda de un spray antiséptico, para evitar las microinfecciones, y aplicar un bálsamo calmante para después del rasurado.

Si sois un adepto de los cuidados naturales, se puede frotar igualmente la piel con piedra de alumbre, con virtudes antisépticas y antibacterianas, perfecta para calmar los microcortes, además de ser un antitranspirante natural.