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Los fumadores que se cambian a los cigarrillos electrónicos – incluso si es por sólo algún tiempo – pueden reducir drásticamente su exposición a contaminantes del aire incluyendo el monóxido de carbono y la acroleína, sugiere un estudio británico.

Los investigadores dieron cigarrillos electrónicos para vapear a 40 fumadores que dijeron que querían dejar de fumar. Después de cuatro semanas, 16 participantes que utilizaron solamente el cigarrillo electrónico presentaron una disminución alrededor del 80 por ciento en la exposición tanto al monóxido de carbono como a la acroleína, un producto de degradación nocivo.

Los 17 participantes que combinaron los cigarrillos tradicionales con la versión electrónica tuvieron una disminución del 52 por ciento en la exposición al monóxido de carbono y una disminución del 60 por ciento para la acroleína, de acuerdo al estudio publicado en Cancer Prevention Research.

Para obtener el mayor beneficio del cambio a los e-cigarrillos, los fumadores tienen que abandonar por completo los cigarrillos tradicionales, señaló el autor principal del estudio, Hayden McRobbie, del Instituto Wolfson de Medicina Preventiva de la Universidad Queen Mary de Londres.

«Esto sucede por lo general durante un período de tiempo y los fumadores pueden sentirse motivados ante la constatación de que existe cierto beneficio potencial para la salud tan pronto como se inicie el proceso», dijo McRobbie por correo electrónico.

Mientras que los defensores del control del tabaco temen que los cigarrillos electrónicos pueden dar pie a una nueva generación de adictos a la nicotina que finalmente hagan la transición a los cigarrillos convencionales, el nuevo estudio se suma a un pequeño pero creciente cuerpo de evidencia que sugiere que los dispositivos podrían beneficiar la salud de las personas que ya fuman.

A pesar de que el estudio actual apunta a otro de los beneficios potenciales de los cigarrillos electrónicos, más evidencia es necesaria todavía a partir de ensayos más grandes y más prolongados antes que los científicos puedan extraer conclusiones firmes acerca de la seguridad de sus ventajas, dijo la doctora Nancy Rigotti, directora de investigación del tabaco en el Massachusetts General hospital, en Boston.

«Es exactamente el tipo de trabajo minucioso e incremental que se necesita, pero todavía no es un estudio definitivo,» dijo Rigotti, quien no participó en el estudio, por correo electrónico.

Con el tiempo, el monóxido de carbono inhalado con el humo del cigarrillo tradicional puede disminuir la cantidad de oxígeno transportado a las células rojas de la sangre. Igualmente puede provocar el endurecimiento de las arterias, enfermedades del corazón y derrames cerebrales.

La acroleína está presente en el humo del tabaco y se sabe que irrita los tejidos expuestos y puede destruir los cilios, los diminutos pelos que barren la suciedad y las bacterias de los pulmones y las vías respiratorias, haciendo a los fumadores más susceptibles a las enfermedades pulmonares y a otras enfermedades.

Los participantes del estudio tenían en su mayoría  entre 40 y 50 años y habían intentado dejar de fumar al menos dos veces antes de unirse a la prueba. A todos ellos se les ofreció el mismo tipo de e-cigarrillo y se les animó a abandonar por completo los cigarrillos tradicionales.

Los investigadores midieron el monóxido de carbono en el aliento de los participantes una semana antes de cambiarse a los e-cigarrillos, el día del cambio y otra vez cuatro semanas después. Los participantes siguieron el mismo itinerario para las pruebas de orina para detectar la exposición a la acroleína.

Los hallazgos sugieren que a los fumadores se les debe informar de que los cigarrillos electrónicos pueden frenar su exposición a los productos químicos tóxicos, dijo el doctor Riccardo Polosa, jefe del centro de investigación del tabaco en la Universidad de Catania en Italia.

«Este estudio se suma a la evidencia de que los cigarrillos electrónicos son mucho menos dañinos en comparación con los cigarrillos convencionales,» dijo Polosa, quien no participó en el estudio, por correo electrónico.