Tener un vientre plano es seguramente el objetivo número uno de todos aquellos que se lanzan a un proceso de pérdida de peso. El famoso vientre plano responde a una auténtica preocupación estética y de bienestar en nuestras sociedades modernas, sobre todo cuando se acercan los días de mayor calor. A veces es difícil alcanzar el objetivo. Si el trabajo desanima a más de uno, es principalmente porque no se ha adquirido el método correcto. De nada sirve acudir a un gimnasio, también se debe actuar sobre varios ejes a la vez.

Cuidar los intestinos

Hay que comenzar por aliviar los intestinos y adoptar una alimentación sana. Sin una buena higiene nutricional, los resultados serán mucho menos visibles. Por tanto, si os tomáis en serio esta tarea para conseguir en poco tiempo un vientre plano, hay que tomarse las cosas en serio.

Agredidos por una mala alimentación, normalmente compuesta de productos industriales cargados de malas grasas, los intestinos se inflaman, lo que provoca un relajamiento muscular en el bajo vientre y acentúa los michelines y lo que vulgarmente se llama la barriga cervecera. Por tanto, es necesario seguir un programa de desintoxicación.

Abdominales

La monodieta es una solución eficaz para partir de una buena base. Esta cura de desintoxicación consiste en comer solamente el mismo alimento durante 3 días. Cargada de nutrientes y siendo un buen saciante, la manzana es perfecta para cumplir este papel. Al final de 3 días, el vientre estará menos hinchado. La monodieta ha cuidado la inflamación de los intestinos y ha reducido su volumen. Para conservar los beneficios adquiridos durante esta cura, hay que seguir evidentemente con una alimentación sana.

Comer sano y evitar los malos hábitos alimenticios

No es raro adquirir malos hábitos alimenticios durante el verano, o usar malos métodos para intentar parecer más esbeltos en la playa. Para poder lucir un perfecto vientre plano, la solución está en comer bien y sano. Muchos hombres piensan que lo ideal es consumir productos light para darse gusto sin complejos de culpa. Los alimentos y las bebidas light, es decir sin azúcar, tienen gran cantidad de aspartamo.

Este edulcorante que promete adelgazar no es bueno para la salud y no contribuye a la pérdida de peso. Al contrario, suele tener el efecto inverso del que se está buscando. Se gana peso, se pierde el sabor, se sufren espasmos musculares, etcétera.

En realidad, el aspartamo no tiene ningún valor nutritivo y energético. Está constituido de moléculas químicas que tienen la particularidad de tener una potente acción endulzante artificial, pero igualmente neurotóxicos que pueden provocar la muerte de las células sinápticas, que son las terminaciones nerviosas del cerebro.

Así pues, en los productos light no está la solución. Si la tentación es demasiado fuerte, más vale salirse un poco del régimen, asumiéndolo sin complejos. Un truco que suele dar bastantes buenos resultados es el helado sin azúcar. Compuesto a base de zumo de trozos de fruta fresca, es fácil de realizar y no contiene azúcar añadido.

Se trata de un alimento que gusta tanto a pequeños como a mayores, y es mucho más sano que un helado industrial clásico. Por ejemplo, se pueden cortar en trozos piña, fresas, melocotón y kiwi. El gusto naturalmente azucarado de la fresa y la acidez de otras frutas dan sabor al helado, sin necesidad de añadir azúcar. Luego basta con colocarlo en un molde, cubrirlo con zumo de naranja o de piña fresca, e introducirle un palo de madera. Tras varias horas en el congelador, los helados sin azúcar están listos para ser degustados.

Saltarse una comida

Durante el verano se suele tener menos hambre, por tanto se piensa que es posible dejar de comer a mediodía. Pero pasar hambre no es la solución, sino todo lo contrario. Saltarse una comida o esperar demasiado tiempo antes de comer hace que la tasa de glucosa en sangre caiga. El resultado es que las ganas de picotear son mayores. Es el mejor medio para almacenar grasas. Así pues, la solución está en comer en cada comida e incluso hacer una pequeña colación por la mañana y luego por la tarde.

Con este método se evita comer exageradamente por la noche y también se alejan las ganas de picotear a cualquier hora del día o entre comidas. Las colaciones evitan aportar un volumen exagerado de comida al estómago de una sola vez. Más vale comer más frecuentemente en pequeñas cantidades y no tanto espaciar las comidas, o suprimir alguna, y finalmente comer sin moderación por la noche.

Suprimir las grasas

Para tener un vientre plano, hay que pasar por la etapa de la pérdida de peso. Esto no quiere decir que hay que dejar de lado todo consumo de grasa en la alimentación. Simplemente se trata de combinar las grasas buenas, los Omega 3. Esta se encuentran en los aguacates, el pescado graso o las nueces, por ejemplo. El aceite de colza y el aceite de nuez también son ricos en Omega 3.