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En el potencial deportivo de un deportista y en su rendimiento en una disciplina concreta no solo interviene el aspecto físico como muestra el entrenamiento sino también, el aspecto emocional (el nivel de automotivación, la capacidad de resiliencia frente a la dificultad y la autoconfianza personal). Desde este punto de vista, la psicología deportiva es una disciplina de apoyo importante para los deportistas en distintas etapas de su evolución al hacer deporte.

El psicólogo deportivo cumple una función de refuerzo emocional importante aportando motivación externa al deportista en el cumplimiento de metas realistas y concretas que marcan la dirección a seguir en un plan de acción determinado.

¿Para qué sirve la psicología deportiva?Además, la psicología deportiva también tiene en cuenta la conexión directa que existe entre cuerpo y mente. De este modo, existen dolores físicos que no pueden analizarse de un modo aislado ya que en algunos casos, pueden tener su origen en un malestar emocional o estar vinculados con un factor anímico.

Así ocurre, por ejemplo, cuando el estrés produce su huella a nivel físico. O cuando un problema personal bloquea al deportista en su juego. La psicología deportiva también ayuda al deportista a conocerse mejor a sí mismo, tomando conciencia de cuáles son sus fortalezas y sus debilidades. Desde este punto de vista, el psicólogo deportivo guía al deportista para que haga un mejor uso de los recursos personales.

Además, la psicología deportiva ayuda a los deportistas a entrenar su mente en varios aspectos. Es un medio de ayuda para tener un mejor nivel de concentración y de atención, mejora de las habilidades comunicativas en aquellos deportes de equipo en los que es importante trabajar por objetivos comunes más allá de toda individualidad, el refuerzo de la motivación interna y el incremento del pensamiento positivo (el pensamiento influye en el sentimiento y el sentimiento influye en la acción).

La psicología deportiva es una disciplina muy valiosa para profundizar en aquellos factores que pueden influir de forma notable en el rendimiento deportivo a través del análisis del comportamiento humano.

La psicología deportiva puede aportar una gran ayuda terapéutica en el cumplimiento de distintos objetivos deportivos del deportista: el refuerzo del espíritu de equipo en los deportes de grupo, cómo gestionar el estrés, cómo manejar los momentos de presión de un partido, alimentar la autoestima para evitar la posible sensación de inferioridad y la inseguridad.

Otros objetivos posibles son establecer un diálogo interior amable, aprender a perder sin que la derrota afecte a la autoestima personal, evolucionar en una disciplina deportiva a través de un plan de acción personalizado e incrementar el nivel de satisfacción personal en el juego.