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El consumo excesivo de agua puede ser síntoma de un desequilibrio psiquiátrico, ya que tiene aspectos en común con otros trastornos del control de los impulsos.
Se ha identificado como Potomanía o Polidipsia Psicogénica y se trata de un trastorno relativamente desconocido que consiste en un deseo frecuente de beber gran cantidad de líquido, de manera compulsiva y sin sentir en especial sed, que se acompaña al ser satisfecho de una sensación placentera.
Se han registrado episodios de potomanía en personas que  tratan de bajar de peso por medio de un consumo exagerado de agua; de esta forma se pretende «engañar al estómago» al llenarlo con agua en lugar de hacerlo con comida. También se han dado  casos en atletas de alto rendimiento, quienes consumen muchos más litros de agua de los que su organismo precisa, para evitar una deshidratación. En estas situaciones conviene estar alerta para descartar un trastorno por falta de control a la hora de beber agua.
Así puede resultar común encontrar casos de potomanía en personas que siguen dietas de líquidos, y en deportistas de alto rendimiento. En los fisicoculturistas existe un especial riesgo puesto que los alimentos y líquidos que ingieren están sometidos a un esticto control.
aguaEl hecho de beber cantidades exageradas de agua u otros líquidos no suele causar hiperhidratación, siempre que la hipófisis, los riñones y el corazón funcionen con normalidad, ya que el organismo elimina el exceso. No obstante, y como consecuencia de episodios repetidos y mantenidos de potomanía, se puede alterar el buen funcionamiento de los riñones, la composición de la sangre y el equilibrio de fluidos y electrólitos dentro del organismo.
El exceso de líquidos puede ocasionar que los componentes de la sangre se diluyan y se produzca un desequilibrio en la concentración de electrólitos. Una de las consecuencias de este efecto es la hiponatremia, por la que el organismo concentra una cantidad muy baja de sodio en la sangre. La hiponatremia grave impide el funcionamiento normal del cerebro, los músculos, los órganos y el metabolismo. El resultado puede provocar nauseas, cefaleas, letargia, convulsiones y coma.
Cuando una persona es consciente de que bebe demasiada agua, alrededor de siete o más litros al día, debe acudir al especialista en endocrinología con el fin de descartar cualquier trastorno hormonal u otra patología que afecte al área del hipotálamo, lugar donde se encuentra el centro que regula la sed.

Equilibrio hídrico

Más de la mitad del peso corporal de una persona es agua. Para conseguir mantener en equilibrio la cantidad de agua que necesita el organismo, una persona sana necesita alrededor de dos litros y medio de agua al día, que obtiene de tres fuentes: por un lado, del líquido que ingiere (unos 1200 ml); también de los alimentos que consume (unos 1000 ml); y por último, hay que tener en cuenta el propio líquido que produce dentro del organismo como consecuencia del metabolismo (unos 350 ml).
Las frutas, las verduras y las hortalizas son las frutas que más agua contienen En condiciones normales de salud, la cantidad de agua que necesita el organismo está condicionada por la necesidad de que los líquidos corporales tengan el volumen y la concentración osmótica precisos para asegurar las funciones biológicas.
La concentración de agua presente en el organismo está ligada a la cantidad de electrólitos. Así, el nivel de sodio en la sangre es un buen indicador del volumen de agua que existe en el organismo. El cuerpo trata de mantener el nivel de agua total y, por tanto, una concentración constante de electrólitos, entre ellos el sodio. Cuando éste es elevado, el cuerpo retiene agua para diluir el exceso de sodio, aumentando la sensación de sed y produciendo menos orina. Por el contrario, cuando la concentración de sodio desciende demasiado, los riñones excretan más agua para restaurar el equilibrio.

Tratamiento de la Potomanía

El tratamiento depende de la causa de base, aunque en general se debe restringir el consumo de líquidos a un litro y medio diario. En ocasiones, los médicos prescriben un diurético para aumentar la excreción de agua por parte de los riñones, aumentando el aporte de sodio en poco líquido.