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Practicar un deporte extremo es para muchos una forma entretenida que ayuda a liberar estrés. Sin embargo, es necesario verificar el riesgo al que se expone quien decide practicar este tipo de actividades.

Algunos de estos deportes extremos o de aventura requieres que quien lo practique pasa un tiempo aprendiendo hasta dominar todos los secretos de la técnica a emplear, sin olvidar que muchas de estas actividades requieren además contar con equipos especiales y en algunos casos desplazarse a zonas que ofrezcan el entorno natural necesario para su práctica.

Salto_TandemAsí, para quienes siempre han deseado hacer paracaidismo pero nunca llegaron a concretar su sueño, el salto en tándem puede ser una propuesta perfecta ya que se trata de una variación del paracaidismo tradicional pero realizado conjuntamente con el instructor utilizando un arnés.

Antes de realizar un salto en tándem es necesario hacer un curso en el que un instructor especializado explica todo lo relacionado al salto y también las medidas de seguridad a tener en cuenta.

El equipo para la práctica de salto en tándem consta de un arnés especial y también unas gafas, siendo una práctica relativamente sencilla que se realiza a una altura media de unos cuatro mil metros que permite disfrutar de una caída libre con una duración que va entre los treinta y setenta segundos, para después vivir la experiencia única mientras se planea gracias al paracaídas.

Una vez que se ha recibido el entrenamiento todo es emoción desde subir al avión que lleva a los deportistas a la zona desde donde se lanzarán junto con los instructores unidos utilizando un arnés.

Este tipo de salto es una variación del paracaidismo convencional pero sin necesidad de realizar el curso más intensivo que requiere el paracaidismo tradicional. Se trata de un deporte extremo bastante seguro si se tiene en cuenta que el arnés que une al instructor con el deportistas posee bandas y mosquetones que soportan una tensión de unos dos mil kilos.

Un par de mosquetones unen a ambas personas a la altura de los hombres en tanto que los otros dos van ceñidos a la altura de la cintura y se ajustan recién antes de dar el salto, una vez que se alcanza la altitud necesaria.

Durante la caída el instructor despliega un paracaídas pequeño que sirve para disminuir la velocidad de caída de las dos persona permitiendo así un suave deslizar y el posterior accionar del paracaídas grande.

La caída libre llega a una velocidad de 200 km/h de velocidad, momento en que el instructor hace la señal para que el deportista abra los brazos, abriendo posteriormente el paracaídas cuando se está a unos mil seiscientos metros de altura y dependiendo de los vientos puede llegarse a unos diez minutos de planeo culminando con un aterrizaje de pie o sentado.