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El embarazo representa para la futura mamá un gran cambio en su vida, no solo por la llegada del bebé, si no por las modificaciones que sufre su cuerpo durante la gestación.
Esos cambios son tanto psicológicos como físicos y modifican de forma radical la fisiología del cuerpo femenino, preparándolo para la árdua labor de dar vida a un nuevo ser.
Por tanto la mujer debe mantener su salud en estado óptimo además de mantener una condición física adecuada para tan especial etapa de su vida. Algo que puede hacerse en pareja al realizar juntos actividades que promuevan la elasticidad y el tono muscular.
Una opción es el yoga, con su práctica el cuerpo de la mujer embarazada se prepara para el parto, se suavizan los dolores de espalda, se trabaja para favorecer la flexibilidad y la relajación.
parto-embarazo-yogaEsta práctica originaria de la india se remonta a 500 años antes de Cristo y comprende muchas ramas que ayudan al desarrollo del cuerpo, la mente y el espíritu para propiciar un estado de relajación y un punto de más positivo al momento de  resolver los problemas  o las dificultades que enfrentamos cada día.
Aunque existen ciertas limitaciones a la hora de practicar el yoga durante el periodo de gestación, éste le brinda excelentes bondades para mantener el buen estado físico y emocional a lo largo de toda la etapa, asi mismo, les facilita la posibilidad de adelantar un parto más tranquilo, menos doloroso y logra que la recuperación sea mucho más rápida.
La madre deberá comenzar sus primeras clases en el segundo trimestre de gestación, el tipo de ejercicio va de acuerdo al conocimiento que tenga la gestante sobre el yoga. Se sugiere que al momento de las clases se lleve ropa cómoda, holgada y no consumir alimentos por lo menos dos horas antes de la práctica.
El yoga le ayuda a la futura mamá a aumentar la elasticidad del cuerpo, la circulación y le energía; reduce el estrés, permite fortalecer la espina dorsal para que al momento del nacimiento, pueda emplear bien su cuerpo.
En general, el yoga contribuye a evitar la ansiedad, mejorar el humor, reforzar la postura, mejorar problemas como la hinchazón de los miembro inferiores, además favorece el sueño y hace que la mujer se sienta más segura y que acepten los cambios físicos y emocionales durante el periodo de gestación.
Aunque lo ideal es practicar yoga por lo menos dos veces a la semana, la futura mamá debe ser consciente de las limitaciones propias en cada etapa; así, a medida que el embarazo avanza, se deben evitar posturas en las que se pueda perder el equilibrio.
De la misma forma, en el segundo trimestre, no están indicadas las posturas o asanas que requieran estar acostada sobre la espalda porque y no sobreestirar demasiado. Las mujeres embarazadas producen más relaxina, una hormona que aumenta la flexibilidad y la movilidad de las articulaciones, por lo que es importante que conozcan sus límites para poder frenar un poco cuando hacen estiramientos.
La principal recomendación consiste en seguir las sesiones de yoga bajo la guía de personal calificado y debidamente entrenado en yoga prenatal, con las indicaciones y seguimiento del médico.