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En situaciones en que estamos altamente deprimidos, o simplemente tenemos un bajón, lejos de fármacos o milagros aventureros, el deporte puede ser una de las formulas más fáciles a la vez que eficientes para combatir positivamente la depresión, o síntomas de esta.
Todos los estudios médicos así lo afirman, y de hecho, cualquier amigo o amiga que tengamos nos lo va a confirmar a pies puntillas. El poder terapéutico del deporte no está en duda, ni ahora ni nunca.
La depresión 1Muchas personas de hecho, han descubierto el deporte gracias a una depresión, y es que una crisis puede ser una oportunidad de cambio. De esta forma, han ido descubriendo que poner en marcha a nuestro cuerpo, hace que muchos de nuestros problemas sean más aceptables.
Al sentir que nuestro cuerpo empieza a vivir de una forma más saludable, notamos rápidamente que nuestra autoestima sube, ya que de golpe y porrazo esos músculos empiezan a aparecer y esas grasas que nunca nos habían gustado desaparecen, es un proceso largo, pero sentirnos bien con nosotros mismos es el primer paso para destruir esas dinámicas negativas.
De igual forma, salir al aire libre es simplemente genial. Notar el viento en la cara o el agua por nuestro dorso nos llena de energía, se disparan nuestras hormonas y nos hace subir espectacularmente nuestra confianza y felicidad.
Pero aún hay más, el propio deporte ayuda a socializarnos, a salir, a entablar relaciones con otras personas, y esto, de nuevo, rompe más aún dinámicas negativas relacionadas con la depresión.
Como podemos ver, el deporte es casi milagroso, y puede ser un verdadero motor de cambio de nuestra autoestima. Sentirse ben con uno mismo, y tener una vida saludable acompañada de deporte habitual, realmente puede ser un arma muy potente y eficaz en contra de la depresión.
Tampoco se trata de correr una maratón, simplemente empezar con un poco de ejercicio al aire libre nos puede ayudar al inicio.