En las anteriores entradas sobre montaña en invierno vimos las condiciones extremas a las que nos vemos sometidos con la «nieve«, además comentamos cosas sobre el viento y el sol, que constituyen a groso modo los principales elementos del paisaje hibernal. En esta nueva entrega, iremos más allá, y pasaremos a la logística hibernal, básica en toda ascensión.
Si en verano o con buenas condiciones podemos preparar una salida de forma rápida y sin mayores problemas, en invierno las cosas cambian, en palabras de Mark F. Twight «La mayoría de fracasos en la montaña ya son fracasos antes de salir del coche«. No solo hablamos en términos de fracaso (no llegar a la cima) sino que también, dada la climatología, podemos llegar hablar de accidentes y heridos. Debemos tener cuidado.
Por eso mismo, se vuelve básico temas como la elección del itinerario, la planificación horaria, física y psicológica. En esta entrada hablaremos de la preparación del itinerario, que es sin duda el elemento más importante y en el cual debemos fijarnos más.
Empecemos por decir que en invierno es más recomendable fijarnos nuestras ascensiones por zonas o aéreas de actuación. Por ejemplo, buscar zonas donde la climatología sea más aceptable, tener diferentes posibilidades nos brinda más ratio de acción, siempre podremos modificar nuestro objetivo en el último momento a partir de una información de última hora (como por ejemplo una nevada el día anterior).
Pero no todo es malo en la etapa hibernal, ya que por ejemplo, aquella montaña rocosa tan complicada, gracias a la nieve se vuelve más plana y fácil, con lo que debemos siempre buscar el lado positivo a las cosas.
Aún así, establecer nuestra ascensión a partir de diferentes criterios puede se runa buena elección. El primero siempre debe ser la facilidad en la progresión, con nieve dura se camina mucho más fácil que con blanda, además que el equipo necesario pesa menos. A parte, un inicio de ascensión próximo en coche también puede ayudar. No se trata de ir al polo norte, tenemos pocas horas de luz y hay que divertirse y disfrutar, no ir continuamente corriendo.
Otro elemento es la peligrosidad del recorrido, ya lo hemos visto por encima. Aquí entra en juego todo el tema de los desprendimientos, hay que ser cautelosos, y buscar itinerarios que no tengan canales o paredes de roca, donde los desprendimientos son más usuales. Vaya por delante que debemos buscar información a nuestro servicio meteorológico habitual sobre este elemento.
Por último, para acabar con este articulo, mencionar el tema del trazado (o camino) a utilizar. Si hay mucha nieve es mejor seguir alguno que ya esté marcado. No se puede observar bien si debajo de nuestros pasos hay algún tipo de caída o similar, y nos arriesgamos tontamente a caídas o accidentes.