Curiosamente, pocos especialistas de la medicina natural recomiendan beber café. Los médicos, formados en la lucha contra las «adicciones» de todo tipo, ponen normalmente a la cafeína entre las sustancias nocivas como el alcohol, el tabaco o la droga.

Pero a pesar de la desconfianza de la que es víctima el café, ningún estudio no ha conseguido hasta ahora demostrar que un consumo razonable aumente el riesgo de hipertensión, de enfermedades cardíacas o de otro tipo de enfermedades graves.

El auténtico café

Un estudio publicado en una revista médica especializada sobre el Alzheimer, Journal of Alzheimer Disease, ha comparado el efecto de la cafeína sola con el de la cafeína mezclada con otros ingredientes en el café. Sólo el café entero, con todos los ingredientes naturales que contiene, ha tenido efectos positivos sobre la memoria.

DietaNo es de extrañar: el café contiene una mezcla natural de polifenoles antioxidantes (como los ácidos clorogénicos) y bioflavonoides. El café sería incluso la fuente alimenticia más importante de antioxidantes en los países desarrollados como España. Los diferentes compuestos químicos presentes en el café se cuentan literalmente por miles, y la ciencia deja suponer que sus efectos se combinan para aportar todos esos beneficios.

Por lo tanto, se deben evitar los sucedáneos del café: no son los extractos, y aún menos la cafeína pura, los que tienen un efecto sobre el organismo, sino el producto entero, a ser posible biológico, y lo más cercano posible a su forma natural.

En cualquier caso, conviene prestar atención: contrariamente a una idea falsa pero muy extendida, no es el café verde el que es bueno para la salud, sino el café negro, torrefacto (tostado). Dicho con otras palabras, cuanto más torrefacto es el café, mejor es para la salud.

En efecto, cuanto más torrefacto es el café, y por lo tanto negro, menos cafeína contiene. El tostado de los granos del café descompone la cafeína que se degrada bajo el efecto del calor. Pero eso no es todo: un café más negro es también más rico en antioxidantes, gracias a un efecto de concentración que se produce durante el proceso para eliminar la cafeína.

El café torrefacto

Un estudio ha demostrado que el café torrefacto es un excelente neuroprotector, mucho más que el café verde. Otro estudio ha demostrado igualmente que era más eficaz para restaurar los niveles de las células en vitamina E y glutatión (dos antioxidantes muy importantes), así como para reducir el peso.

De la misma forma, el café de filtro, preparado en una cafetera eléctrica, es más rico en cafeína que el expresso, puesto que el tiempo de infusión es mayor. Finalmente, cuanto más fino esté molido el grano, más cantidad de cafeína habrá en el café.

En conclusión: el café más fuerte en cafeína es el café menos torrefacto o tostado (marrón), molido fino y preparado en una cafetera de filtro. Sin embargo, el café menos fuerte en cafeína es el café muy tostado o torrefacto (negro), menos molido, y preparado en cafetera de cápsulas. En este último caso, mi favorita es la Dolce Gusto, puesto que se obtiene un café negro, con todo su aroma y beneficios para la salud.