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Las instrucciones para llevar una vida saludable son conocidas por todos: practicar deporte de manera periódica, llevar a cabo una dieta completa y equilibrada, descansar de manera plácida y reconfortante, llevar un estilo de vida activo y que se aleje del sedentarismo, dejar de lado los malos hábitos y saber establecer diferencias entre el ámbito laboral y el familiar, esto es, tener la capacidad de desconectar.

El problema de estos consejos es que no es siempre fácil llevarlos a cabo, ya sea por falta de tiempo, obligaciones familiares, desidia o falta de voluntad, poco compromiso… En esta ocasión os señalamos algunos consejos que guardan relación con cambios en el hogar y que van dirigidos a mejorar nuestro estilo de vida. Transformar el hogar puede ser un buen aliciente para iniciarse en hábitos saludables.

Transforma tu hogar para transformar tus hábitos 1

Mantener el orden en la vivienda

No es fácil mantener el orden en el hogar, especialmente si conviven niños en casa (también adultos, no queremos demonizar a los más pequeños) o si la vivienda es pequeña, pero es algo que es necesario para ganar en armonía.

Una vivienda desordenada es sinónimo de enfados, reproches, improductividad y a menudo suciedad. Y si esto ocurre, puede derivar en problemas de salud de tipo respiratorio pero sobre todo afecciones en el plano mental. La planificación y el orden libera de episodios de estrés y garantiza un estado de bienestar y armonía que hace más gratificante la convivencia y la estancia.

Disponer de espacios propios y adaptados a cada actividad

Este punto es importante porque no solo es básico que la vivienda esté bien adaptada a cada actividad que se realiza en ella, sino que cada persona que convive en ella debe tener sus propios espacios para desconectar, aislarse temporalmente de sus familiares y poder desconectar también de la convivencia.

No importa si los espacios son integrados o no, es decir, la cocina puede estar abierta al salón o al comedor, pero cada estancia tiene su propio uso. Así, si se trabaja desde casa, es imprescindible que el lugar de trabajo no sea el mismo que la zona de juegos de los más pequeños.

Garantizar un confort térmico y un ambiente agradable

Otro aspecto que determina una buena convivencia es las condiciones térmicas. Una vivienda capaz de desarrollar una temperatura agradable tanto en invierno como en verano pasa a ser un hogar más agradable. En ese sentido, se recomienda durante el invierno la temperatura sea de unos 21º C mientras que en verano lo recomendable es que oscile entre 24 y 26ºC.

El condicionante del confort térmico se debe conseguir haciendo un uso sostenible de los recursos. Ya las indicaciones de temperatura están marcadas para garantizar ese consumo racional, algo que también se puede conseguir con sistemas de calefacción diseñados para un uso inteligente, como las calderas de gas.

Estos equipos han de estar en perfecto estado durante el tiempo de uso, principalmente el invierno, pero también cuando su demanda es menos requerida, de ahí la importancia de llevar a cabo un buen mantenimiento caldera de gas en Zaragoza.

Traemos a colación el ejemplo de Zaragoza porque es una ciudad en el que se desarrolla un clima con mucha variación térmica. Unos inviernos fríos y secos y veranos muy cálidos. En zonas como la capital maña la cuestión del confort térmico es algo que afecta mucho a la sensación de bienestar en las viviendas.

Entornos relajados para descansar

En el apartado de disponer de espacios propios y adaptados a cada actividad hacíamos referencia a lugares como el salón, la cocina, el despacho, la sala de juegos… En una vivienda ha de haber estancias para realizar todo tipo de actividades, pero una de las imprescindibles es el descanso, y para ello tenemos el dormitorio.

La habitación ideal para dormir es una que sea fresca, oscura y silenciosa, pero que a su vez tenga acceso a luz natural para despertar con las primeras horas de luz y llevar un ritmo de vida y de sueño circadiano.

En este entorno adecuado para el descanso no basta con estos requisitos, como usuarios tenemos que poner de nuestra parte y reducir el uso de pantallas en la cama, irnos a dormir con el estómago aún en pleno proceso de digestión y evitar hábitos nocivos como el tabaco, el alcohol o el café en las horas previas. Otro apunte a considerar es no practicar deporte poco antes de ir a la cama, pues con ello solo se consigue reactivar el organismo.

Con todo esto, y limitando las siestas durante el día a una pequeña cabezada de 30 minutos, el descanso nocturno se hace más reconfortante y activador para el siguiente día.

Estos consejos son sencillos y sirven para ir transformando nuestro día a día. No se trata de máximas, sino conductas que se pueden ir incorporando poco a poco hasta naturalizarlas por completo.