• Autor de la entrada:
  • Tiempo de lectura:3 minutos de lectura

En el mundo del deporte muchas veces se nos presentan situaciones límite, o simplemente trabajamos y jugamos bajo tanta presión y tensión que el miedo y miles de sentimientos nos pasan por todo el cuerpo a cada segundo, haciendo que nuestros nervios se pongan a flor de piel y puedan ser un peligro para nuestra imagen y para los demás. Cada vez estamos ante un panorama más competitivo, en el que cada partido o competición se plantea como una final y el partido máximo de toda la vida deportiva.

Ante estas situaciones, es hasta normal que nos cueste controlar los nervios, y aquellos que sean mucho más movidos o que por forma de ser ya seamos propensos a los nervios, son incluso más complejos a la hora de controlar los nervios. Los efectos de no controlarlos son diferentes, primero de todo nuestro nivel de ansiedad afecta de forma considerable a nuestro rendimiento deportivo, y de igual forma puede conseguir que nuestras acciones sean completamente indeseables y fuera de los estrictamente necesario, o incluso fuera de los propiamente reglamentario. Esto es evidente que tampoco ayuda al conjunto del grupo, y que pone también nervioso al público y a los compañeros, por eso es del todo vital controlar los nervios durante un partido o competición.

Consejos para controlar los nerviosAlgunos consejos que puedes utilizar para controlar los nervios:

  • Intenta controlar la respiración cuando notes el estrés, respiraciones largas y consistentes.
  • Busca a alguien de confianza que te diga algunas palabras consistentes llegado el caso.
  • Cuenta mentalmente hasta tres antes de hacer cualquier cosa, y mucho más decir.
  • Pensar en cosas agradables y tranquilas, esas vacaciones en la playa de hace un par de años.
  • Busca un lugar tranquilo y sin todo el ajetreo, relájate y vuelve a la carga cuando llegue la tranquilidad.
  • Analizar ante una situación crítica si se es lo suficientemente bueno como vidente para saber que pasará.

En definitiva, los nervios no dejan de ser algo mental, salvo en algunos casos concretos, por tanto podemos llegar a controlar y rebajar la tensión, así como los nervios cuando llegue el momento. Tener ayuda no es malo, y más aquellas personas que ya saben que ante situaciones de gran estrés pueden llegar a no controlar los nervios.