El estilo casual chic es un look híbrido, a medio camino entre el traje y el jogging. Pero no se trata de mezclar el pantalón de deporte con la chaqueta del traje, la mezcla es algo más sutil que todo esto.

La diferencia con el estilo preppy es muy sutil. Si el hombre preppy lleva mocasines y náuticos, el hombre casual prefiere los zapatos de vestir y los sneakers. Los adeptos del look preppy como del look casual chic comparten muchos gustos: el polo, el chino, etcétera.

Un pequeño truco para los que se inician en el estilo casual: adoptar un look desenfadado pero combinado con complementos chic.

¿Qué tipo de ropa adoptar?

Como todos los looks, el casual chic reúne un conjunto de prendas de ropa y de complementos: prendas que ofrecen automáticamente cierto estilo a nuestra forma de vestirnos, fáciles de llevar, y que se pueden poner en cualquier ocasión.

El estilo marinero: En versión camiseta o sweat o incluso en jersey, el estilo marinero es ese pequeño toque de fantasía, ya que es el argumento necesario para adoptar un estilo casual chic sin jugar demasiado con la uniformidad.

Moda

El jersey de lana: Caliente y elegante, ofrece un pequeño toque de clase al look. Esta ropa preppy es de las más apreciadas por los adeptos del estilo casual chic.

El vaquero: No es ni skinny, ni grunge. El vaquero perfecto no va demasiado ajustado, pero tampoco queda demasiado amplio. Debe resaltar las formas del cuerpo. Concretamente yo me inclino por el vaquero de color negro.

El chino: Entre el pantalón de traje y el vaquero, hablamos de un pantalón cómodo, no demasiado chic, pero tampoco exageradamente casual.

Lo específico del estilo casual chic

El término casual hace referencia a una ropa desenfadada en su conjunto. Bermudas para el verano, chinos en tela de gabardina, jogging de franela, o zapatillas de deporte bajas de tela. Todo lo que se sale de un registro formal encuentra normalmente espacio bajo la etiqueta casual.

Lo que define este tipo de ropa no está por tanto relacionado con la estética, ni con su fabricación, ni siquiera con su calidad, sino prácticamente y exclusivamente con su destino, es decir con su uso.

El estilo chic es mucho más difícil de definir. Lo que puede ser chic para algunos, no lo es tanto para otros, a pesar de que su proximidad con la noción de elegancia lo hace relativamente objetivo.

Si el traje es un elemento del vestuario masculino en el que todo el mundo se pone de acuerdo, la noción chic está sujeta a la evolución, en función de las tendencias y de la moda. No cabe duda de que el traje de los años 80 no tiene el mismo corte que el de los años 2010, por ejemplo.

A finales de los 80, se ofrece una visión más moderada de la estética Versace, mostrando bien las proporciones de rigor de la época.

Si vamos un poco más lejos en esta exploración de lo que es la ropa chic, cabe destacar que solo algunas prendas atraviesan las diferentes épocas, encarnándola de forma invariable. Es el caso, por ejemplo, de la chaqueta Chanel para las mujeres.

Pero con relación a la moda masculina, el esmoquin o el traje de tres piezas siguen siendo indispensables, a pesar de que el ceñido y el padding siguen las modas que evolucionan. Igualmente podemos poner el ejemplo del polo, cuyo corte ha evolucionado muy poco, contrariamente a lo que ocurre con las camisetas y con las camisas, pero que conserva siempre un estilo reconocible por todos.