Existen al menos 3 razones que pueden incitar a tonificar los músculos del abdomen y reafirmar el vientre.

Eficacia motriz

Un vientre plano y tonificado gracias a unos abdominales tonificados favorece la transferencia de energía. El objetivo de los rendimientos deportivos es una de las razones que motivan a perder vientre. En efecto, un vientre plano es la consecuencia de una tonificación abdominal. Una cintura muscular firme y tonificada a nivel del abdomen permite una transferencia óptima de la energía, concretamente en el momento de la zancada cuando se practica footing, pero igualmente practicando marcha rápida o durante cualquier otra acción deportiva.

Mejor salud en general

La grasa abdominal es nociva, tanto para el hombre como para la mujer. La cuestión sanitaria también entra aquí en juego. La medida del perímetro de la cintura es la información más pertinente para conocer el riesgo de mortalidad. Incluso es más fiable que el índice de masa corporal, es decir la relación entre la altura y el peso. La grasa más nociva para la salud es la grasa del vientre, la que queda fijada en los órganos de la cavidad abdominal. Adelgazar manteniendo un vientre plano hace que desaparezca esta grasa perjudicial.

Frutas y verduras

Una cuestión de estética

Un vientre plano es un criterio mayor de belleza. La preocupación estética guía a muchas personas para trabajar la musculatura del cinturón abdominal. Tener un vientre voluminoso no forma parte de los criterios de belleza actuales, ni para un hombre ni para una mujer. En el pasado fue un signo de bonanza y de éxito social.

La representación clásica del notable del siglo pasado con un cigarro puro y un vientre voluminoso daba razón de esto, pero esta idea ha desaparecido hoy en día para dejar sitio a la imagen de un hombre dinámico y musculoso con un busto tonificado, un vientre plano, una cintura fina y unos abdominales tonificados.

Igualmente, especialmente para las mujeres después del embarazo, ha dejado de ser admisible conservar durante más tiempo un vientre distendido en la zona de los abdominales.

Practicar deporte para quemar calorías

Conviene practicar un deporte que tiene calorías. El deporte es el mayor y más eficaz de los estimuladores del metabolismo de base, independientemente del ejercicio físico que se practique. Escoger a qué intensidad forzar y cómo trabajar la musculatura practicando una actividad deportiva es primordial para quemar un máximo de calorías a cualquier edad, pero sobre todo a partir de los 50.

Para perder vientre, saltar a la cuerda es el deporte ideal. En complemento de un régimen alimenticio adecuado, saltar permite, en una semana, afinar la silueta, porque son muchas las calorías y los músculos tonificados, sin aumentar el volumen de la masa muscular.

Con mayor masa muscular, el metabolismo basal es más alto, puesto que se consume mayor energía para el mantenimiento de los músculos. Por tanto, se quema un mayor número de calorías, incluso en reposo. Además, la acción de saltar hace que se muevan los tejidos, lo que ayuda a perder celulitis. Además de saltar a la cuerda, existen otros muchos deportes ideales para quemar calorías.

Además de quemar calorías, todos estos deportes ofrecen la ventaja de provocar un masaje interno de los intestinos, lo que facilita el tránsito y contribuye por tanto, con los alimentos ricos en fibras y los probióticos, a tener un vientre plano. Practicar deporte ayuda a adelgazar, aunque no es suficiente para perder vientre. Si se quiere adelgazar realmente, no solamente hay que practicar deporte, pero igualmente cambiar de régimen alimenticio.

Comer menos grasa y más fibras

Lo más importante es llevar una alimentación equilibrada, rica en fibras y en probióticos. Una alimentación equilibrada permite limitar la producción excesiva de grasa abdominal, regulando el tránsito intestinal. Independientemente del reparto corporal de la grasa, en los hombres en el vientre, y en las mujeres en las caderas y los muslos, los consejos nutricionales para adelgazar son los mismos.

Cuando un músculo trabaja, no provoca que se adelgace la región vecina, como puede ser el vientre, los glúteos, las caderas o los muslos. La consecuencia es que adelgazar localmente, por ejemplo solamente en la parte del vientre, es casi imposible. No se puede perder peso justo ahí donde se quiere. Trabajando los músculos se facilita la pérdida del conjunto del tejido adiposo, pero esto de forma desigual. Desde un punto de vista de la alimentación, el problema es el mismo. Un régimen hipocalórico no actúa localmente.