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Uno de los factores más importante psicologicamente que debemos tener en cuenta durante nuestros entrenamientos y planificaciones deportivas es justamente la soledad. Puede parecer un elemento insulso, pero no lo es ni mucho menos, ya que la soledad que sentimos cuando corremos, puede llegar a tener repercusiones graves en nuestro rendimiento.
De hecho, el sentirnos solos cuando corremos puede llegar a provocarnos aburrimiento, y es uno de los motivos más usuales por los que los deportistas amateurs dejan de practicar deporte. Lejos de socializarnos el correr puede ser una arma para aislarnos del mundo y nuestra realidad, por ello, esta virtud que utiliza mucha gente para conseguir combatir el estrés también se puede volver en nuestra contra.
La soledad del corredor 1Además, otro problema interesante está relacionado con esta llamada soledad de la que hablamos, y es que justamente el que nadie esté con nosotros puede hacer que no busquemos nuevas metas o que no demos todo lo que podemos durante los entrenamientos. Está comprobado que el correr con un compañero mejora considerablemente nuestra velocidad habitual, y que ayuda a tener mejores tiempos y un rendimiento mayor, a parte de disfrutar mucho más con la práctica deportiva.
Pero si en el fondo somos de aquellas personas solitarias a la hora de correr, lo mejor puede ser ir a por aquellos añadidos que nos ayuden a combatir este efecto, por ejemplo la música o el reloj pueden ayudarnos. La música puede ayudarnos a augmentar los ritmos y continuar activo, y no aburrirnos.
De hecho, caer en el aburrimiento es lo que convierte al deporte en una obligación, y las obligaciones generan poco a poco que dejemos de practicarlo, más, si hay otros motivos poderosos para poder no hacer deporte.
Todo en conjunto nos recuerda la importancia de buscar excusas, motivaciones o pequeñas trampas con nosotros mismos para conseguir mantenernos activos y en lucha con nuestro cuerpo.