Del griego «thermos», calentar, y de «therapeuein», curar, la termoterapia utiliza el frío y el calor para calmar los dolores y tensiones de cada día. Detrás del término termoterapia, se esconde una práctica que os resultará conocida, y que recuerda los remedios caseros de la abuela.

La termoterapia, un cuidado ancestral

En los países escandinavos, y en las latitudes amerindias, la alternancia del calor y del frío ya se utilizaba hace muchos siglos como un remedio eficaz para curar las enfermedades corporales.

La termoterapia para perder peso 1En lo que hoy en día llamamos spa, nacidos en Escandinavia, el cuerpo y el espíritu de los hombres nórdicos se someten a un círculo virtuoso que alterna el calor con el frío y el descanso. El calor favorece la activación del metabolismo y la circulación sanguínea. El choque térmico con el frío, distiende los músculos, participa en la eliminación de las toxinas, mejora la calidad del sueño, refuerza el sistema inmunitario, etc. Con estos tratamientos, el cuerpo se distiende.

En América del sur, el masaje con piedras calientes tiene virtudes similares: aporta bienestar, distiende, elimina el cansancio, mejora la circulación sanguínea. Las piedras calientes se utilizan en alternancia con las piedras marinas o el mármol frío. Estimulación y bienestar general están garantizados.

No es necesario acudir a un spa, hamman, o sauna. Cualquier persona puede probar la termoterapia. Basta con darse un baño caliente para distender los músculos, aplicar un cojín térmico o botella de agua caliente sobre los músculos tensos, o aplicar una bolsa de hielo para reducir un dolor o una torcedura. Eso es termoterapia.

Precauciones

Si bien es cierto que estos cuidados no suponen ningún tipo de peligro, es bueno saber respetar algunas reglas para disfrutar al máximo de sus beneficios. No aplicar nunca el hielo o el calor directamente sobre la piel. Envolved el hielo o el cojín térmico en un paño limpio, y dar masajes en círculos.