Cada vez son más las personas que se dejan seducir por los suplementos alimenticios. Cansancio, estrés, debilidad, todas son excusas para priorizar el lado práctico de estas cápsulas que prometen una solución definitiva. Pero, ¿qué hay de verdad en todos estos productos llamados milagro? ¿Se adaptan a todo el mundo? ¿Son buenos para la salud?

¿Útiles o peligrosos para la salud?

Estrés, cansancio y falta de tiempo. Estas son las principales razones que llevan cada vez a más personas a consumir cápsulas energizantes, adelgazantes, o antiestrés. En los deportistas, también se observa este mismo fenómeno. Para acelerar el desarrollo muscular, algunos deportistas utilizan suplementos alimenticios a base de proteínas. Pero, ¿son realmente útiles? ¿Presentan algún tipo de riesgo para la salud?

En sí mismos, los productos autorizados para la venta no son peligrosos para el organismo. Sin embargo, conviene saber que estos suplementos se deben consumir de forma razonable, y que todo el mundo no los necesita. No obstante, es verdad que algunos pueden ayudar a las personas que no consiguen recuperar un perfecto equilibrio alimenticio. Los vegetarianos recurren habitualmente con el fin de evitar ciertas carencias, concretamente en hierro y en vitamina B12.

Los adeptos de la musculación suelen sucumbir a este tipo de tratamiento, con el fin de completar su aporte cotidiano en proteínas. Igualmente, pueden ser muy eficaces tras una operación quirúrgica. En todo caso, se aconseja efectuar un chequeo médico y nutricional antes de tomar algún tipo de suplemento alimenticio.

Proteínas

Suplemento alimenticio y dopaje

Algunas personas asocian los suplementos alimenticios con el dopaje, y sin embargo, no corresponde con la realidad. Un suplemento alimenticio es un plus alimenticio que constituye una fuente concentrada de nutrientes, o de otras sustancias que tienen un efecto nutricional o fisiológico. Estos últimos pueden estar compuestos de vitaminas, minerales, plantas, proteínas, cafeína, etcétera. Si se consumen de forma razonable no son nefastos para el organismo. Pero, por supuesto, no se trata de abusar de ellos. Recordemos que todo producto que se consume en exceso puede tener malas consecuencias sobre el organismo.

Los productos dopantes están compuestos de sustancias prohibidas por la Agencia Mundial Antidopaje. Estos últimos están destinados a aumentar las capacidades físicas o mentales y su composición es totalmente diferente a la de los suplementos alimenticios. Veamos un resumen de los ingredientes que los componen: andróginos, esteroides, anabolizantes, hormona del crecimiento, glucocorticoides, etcétera.

No todos los suplementos alimenticios sirven

Si algunos suplementos alimenticios no presentan o presentan muy pocas contraindicaciones, no ocurre siempre con el resto. En efecto, no es extraño que ciertos suplementos alimenticios provoquen bastantes efectos secundarios. Nosotros ponemos en alerta al referirnos a los deportistas a la hora de consumir suplementos a base de proteínas de buey.

Al decir proteína de buey, pensamos automáticamente en carne, que se asocia con los músculos, cosa que parece lógica. Pero por desgracia, la realidad es totalmente contraria. La mayoría de los vendedores se olvidan de decir que este suplemento a base de proteína de buey no contiene, a veces, ni el más mínimo gramo de músculo. En efecto, estos suplementos suelen estar compuestos de residuos de la industria cárnica, concretamente colágeno.

El ejemplo de la jalea real

También hay que ser vigilantes en la composición de ciertas cápsulas revitalizantes, como las que van compuestas a base de jalea real. Ciertamente, la jalea real es un potente revitalizante que aporta una serie de elementos indispensables para el organismo. Pero es importante no dejarse cegar por los packagings, y tomarse el tiempo suficiente para analizar los componentes de estos complementos. Más del 90% de la jalea real procede de Asia, y particularmente de China.

Congeladas, y luego descongeladas en cada transporte, las moléculas de este producto se modifican, sin hablar del azúcar que se les añade. Conviene saber que, únicamente, la jalea real fresca conserva la totalidad de sus increíbles virtudes, y esto se nota en el precio.