Fumar en pipa puede ir asimilado a un ritual sagrado relacionado con ceremonias como las bodas, los funerales, los encuentros oficiales, etcétera. También es un medio para relajarse o para acompañar una actividad intelectual como la escritura o la lectura.

Cuando los jóvenes rebeldes liaban cigarrillos, cuando los jugadores o las celebridades fumaban un puro, los gentleman usaban una pipa. Ciertamente este objeto evoca a personajes respetables como Sherlock Holmes y su autor Arthur Conan Doyle, Tolkien, Hemingway, y muchos otros más.

Hoy en día, la pipa sigue siendo un complemento de estilo mucho más que un cigarrillo, bien sea en su forma clásica o electrónica. Pero, ¿por qué este objeto, cuyo uso sigue siendo malo para la salud, sigue tan relacionado con la elegancia?

Una pipa es un objeto bonito

Si el arte de fumar en pipa era antiguamente algo muy corriente, cada vez se ha ido convertido en algo más raro. Es intimidador, requiere una cierta habilidad, y algo de experiencia. Pero no es algo añejo, sino todo lo contrario. La pipa vuelve a estar de moda, bien sea en los hipster, en los jóvenes, o incluso en los menos jóvenes. En resumen, al hombre con estilo de 2019 le gusta fumar en pipa.

Fumar en pipa

El simple hecho de sacar el material ordenado de un bonito estuche o de una bonita caja, marca toda la diferencia, y además expone el estilo personal del fumador. Además, evita buscar en todos los bolsillos o dejar la cajetilla de tabaco por cualquier parte. Un bonito estuche aporta siempre mucha más clase que un paquete de cigarrillos.

La pipa es un objeto bonito, casi un complemento de moda. Siendo algo tan sencillo, llama la atención. Podemos encontrarlas desde los 10 hasta los 300 €, o incluso más, y se puede elegir de madera, de espuma de mar, o simplemente de espiga de maíz. Recta o curva, puede ser de color rojo, negro, azul, etcétera, para combinarse con el look de cada día.

Una vez que se adquiere cierta experiencia, para llenarla hay que sacar el mechero Zippo especial para las pipas, o una cerilla larga de madera, aunque es menos práctico, y podemos dejar a la concurrencia absolutamente sorprendida. Tampoco debemos olvidarnos del atacador para limpiar la pipa después de cada uso.

Fumar en pipa es todo un arte

Hemos visto que los diferentes accesorios son bonitos y que llenar la pipa requiere una cierta experiencia. Para convertirse en un auténtico hombre de estilo, es necesario entrenarse alejado de las miradas de los demás. Después llega el momento de encender la pipa. No se debe mirar cuando la tenemos en la boca, a menos detener las dos manos ocupadas. El gesto es elegante con la cazoleta de la pipa apoyada en el hueco de la palma de la mano.

Después llega el momento de saborear el tabaco, y degustar una pipa de igual forma que se degusta un buen vino.

Con todas las variedades de tabaco para pipa que hay en el mercado, podemos encontrar fácilmente aquel que mejor se adapta a nuestros gustos personales. Además, estos tabacos tienen la ventaja de oler bien, incluso en frío, contrariamente a los cigarrillos que dejan un fuerte olor desagradable después de su uso.

Un peligro para la salud

A pesar de toda esta descripción, que va muy encaminada al estilo y al look de cada persona, no podemos olvidar que una pipa y fumarla lleva su tiempo. Además del hecho de pasar por un perfecto gentleman, también es el momento de limitar el consumo de tabaco. En todo caso, recordemos que se trata de una pipa y que fumar sigue siendo nocivo para la salud.