Lanzado el pasado 7 de julio en los Estados Unidos, en Australia y en Nueva Zelanda, Pokémon Go se ha convertido en un auténtico fenómeno de sociedad. En menos de una semana, el juego se ha convertido en una de las aplicaciones más descargadas de la tienda Android y sus usuarios pasan más tiempo que con Whatsapp, Instagram, Messenger, o Snapchat, y prácticamente tanto tiempo como en Twitter. El frenesí del que se ha amparado de los jugadores ha dado lugar a todo tipo de anécdotas insólitas, desde las más divertidas, a las más inquietantes, y muchas de ellas recogidas en la prensa.
Una realidad diferente
Gracias a la cámara, a las funciones de geolocalización del smartphone y a la superposición de los Pokémon en el entorno del jugador, el cazador deja de evolucionar en un universo ficticio, para introducirse en un medio híbrido familiar donde la ficción se mezcla con la realidad. Su avatar en el juego solo se desplaza cuando se toma la molestia de salir de casa. El personaje evoluciona sobre un mapa calcado de Google Maps donde están colocados objetos útiles, como los Pokeballs que basta con agitar para recoger los frutos, y los encuentros con otros Pokémon salvajes.
Juego y deporte
Los Pokémon no están dispuestos totalmente de forma aleatoria sobre el mapa. Aparecen en diferentes lugares en función de la hora del día, de la densidad de los jugadores en el perímetro, y de su prestigio en el universo Pokémon. A la inversa de un videojuego, el jugador debe dejar el sofá de casa y salir a pasear por las calles de la ciudad para descubrir los especímenes que faltan en su colección o para hacer que los huevos se abran. Estos últimos tienen tantas posibilidades de encontrarse en el fondo del cuarto de baño, como en la otra punta de la ciudad. Empujando a los jugadores a salir a explorar la ciudad, Pokémon Go parece haber tenido un impacto positivo sobre la salud mental y física de los jugadores, y se ha convertido en una actividad fitness seguida por muchos entusiastas del juego.
¿Cómo capturar un Pokémon?
Una vez que se ha salido a la calle, es necesario habituarse a caminar con los ojos pegados al teléfono para seguir la progresión del avatar sobre el mapa. En la parte baja derecha de la pantalla, un indicador permite conocer a los Pokémon que se encuentran en los alrededores. Cada uno de ellos va asociado a huellas de pasos. Una, para significar que el monstruo está cerca, dos para ver si está un poco más lejos, y tres para ver si es necesario recorrer algunas decenas de metros para encontrarlo. Cuando el Pokémon salvaje aparece, la cámara de fotos del teléfono se pone en marcha, y hace que aparezca en el marco, integrado en el mundo real.
Cuando se descubre un Pokémon, uno de los aspectos más apasionantes del juego, toda la astucia consiste en capturarlo con una Pokeball. Una vez en el marco del teléfono, el pequeño monstruo aparece en un círculo de color indicando la dificultad de su captura, desde lo más fácil, de color verde, a lo más difícil, en color rojo. Manteniendo el dedo sobre la Pokeball, es necesario ajustar el tiro, materializado por el estrechamiento del círculo de color del Pokémon, en función de su distancia y de sus movimientos.
Una aplicación muy accesible
Si el juego en consola es un juego de rol a veces complejo donde, además de ocuparse de estas criaturas, hay que dominar los combates estratégicos, Pokémon Go es mucho más fácil de practicar. La creación del personaje tarda algunos segundos y lo esencial del juego consiste en caminar y ser un poco hábil con los dedos. Cuanto más se camina en entornos diferentes, más posibilidades de capturar a los Pokémon existen.