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La hipertensión o también conocida como presión alta se considera una enfermedad moderna con consecuencias graves, ya que puede llevar a la persona a padecer un ataque cardíaco o un paro. Por ello, en el momento que aparecen los síntomas debe buscarse el tratamiento de manera inmediata.

Como síntomas de la hipertensión pueden mencionarse como los más comunes: dolores de cabeza, visión borrosa, mareos, palpitar en los oídos, el ritmo cardíaco lento o demasiado rápido, nerviosismo y falta de deseo sexual.

Generalmente las personas ignoran este tipo de síntomas, pero cuando aparecen es recomendable hacer un chequeo de la presión y contactar al médico.

Cuando el corazón late, bombea sangre hacia las arterias y crea presión en ellas, esa presión es la que permite que la sangre pueda circular por el cuerpo.

La hipertensión, una enfermedad moderna 1Cuando se toma la presión a una persona se registran dos cifras la primera es la presión sistólica, que es la que se genera en las arterias cuando el corazón late y la segunda es la presión diastólica, la que se registra cuando el corazón descansa entre cada latido.

Cuando la presión sube por el límite normal, 140/90 en los adultos, se produce la llamada hipertensión arterial. Una enfermedad común que afecta a más del 20% de las personas adultas entre 40 y 65 años.

Es un mal silencioso pues se puede tener la presión arterial alta y no padecer síntomas, de allí la importancia que tiene la prevención de hacer un control, ya que la hipertensión aumenta el peligro de un derrame cerebral.

No se han encontrado hasta hoy las causas específicas de la hipertensión, pero se han podido determinar algunos factores de riesgo que hacen que algunas personas tengan mayores posibilidades de padecerla. Entre ellos está el consumo elevado de sal, alcohol, tabaco, obesidad, falta de actividad física y estrés.

A pesar que la hipertensión arterial no puede curarse definitivamente, hay una serie de hábitos de vida que junto con medicamentos específicos pueden controlarla de manera sustancial evitando sus consecuencias nefastas.

Algunas de las prevenciones que deben tenerse son:

  • Vigilar periódicamente la tensión arterial.
  • Estar en el peso ideal evitando la obesidad.
  • Cambiar la vida sedentaria por una físicamente activa.
  • Disminuir el nivel de sal en las comidas.
  • Reducir al máximo las grasas animales, haciendo una dieta rica en legumbres, verduras, frutas y fibras.
  • No fumar
  • Evitar el consumo exagerado de bebidas alcohólicas
  • Disminuir la ingesta infusiones como el té y café

La hipertensión es una enfermedad que si no se trata puede llevar a un agrandamiento del corazón, ya que éste necesitará de más fuerza para bombear la sangre a través de las arterias.

La prevención y hábitos saludables de vida son dos factores importantes en la lucha contra este problema que afecta a personas en todo el mundo.